El Centre d'Estudis d'Opinió ha publicado este miércoles un estudio sobre la posverdad y las teorías de la conspiración. Este es un tema que cada vez genera más interés, aunque no existían datos sobre cómo había impactado en la sociedad catalana, algo que queda resuelto con este informe, que identifica qué partidos tienen votantes más receptivos a este tipo de teorías que, según el Termcat, son la "creencia de que la explicación de una situación o de un suceso determinados no es la que se ofrece oficialmente a la opinión pública, sino que detrás de la versión oficial hay un complot que implica la existencia de grupos de poder que actúan en la sombra". Así, según ha concluido la institución, uno de cada tres ciudadanos del país tiene un nivel elevado de pensamiento conspirativo, es decir, aquellos que desconfían sistemáticamente de las ideas defendidas por las instituciones o los expertos. Este porcentaje varía entre los partidos y crece de manera destacada entre los votantes de Aliança Catalana y, sobre todo, de Vox, ya que la mitad es receptiva al conspiracionismo.
Así, aproximadamente un 65 % de los simpatizantes de Aliança registran altos niveles de pensamiento conspiracionista, una cifra que es del 55 % entre los seguidores de Vox y de poco menos del 40 % entre los simpatizantes del PP y de Junts. Los seguidores de ERC que presentan este tipo de pensamiento suponen cerca de un 35 %, mientras que los del PSC y la CUP superan por poco el 20 %. El partido que menos presencia tiene de un nivel elevado de conspiracionismo son los Comuns, con aproximadamente un 15 % de sus simpatizantes. "La gente que tiene esta propensión sistemática a desconfiar", ha relatado Rodríguez Teruel, director de la organización, "tiene una predisposición más alta a desconfiar de la gente que no conoce y de las instituciones, y tiene una visión más crítica sobre asuntos como el feminismo o el cambio climático.
Las teorías más aceptadas
Desde el CEO, se ha planteado a los encuestados diversas premisas relacionadas con las teorías conspirativas y de la posverdad, para conocer la opinión que tienen los catalanes. Así, una de las que más aceptación ha tenido (un 79% de los encuestados está de acuerdo) es que los medios de comunicación censuran información importante para proteger intereses poderosos, o que el Gobierno oculta información relevante a la ciudadanía. Un 75% de los encuestados está de acuerdo con esta información. En cambio, hay otras que no han cuajado entre la sociedad catalana. Por ejemplo, un 21% cree que las vacunas hacen más mal que bien y las empresas farmacéuticas lo ocultan o un 25% defiende, cinco años después, que el coronavirus fue creado en un laboratorio como arma biológica.
Todavía en el terreno de las teorías conspirativas, un 60% de los ciudadanos creen que las agencias gubernamentales controlan de cerca a la población sin que esta lo sepa, y un 47% asegura que existen tecnologías muy avanzadas que también se mantienen ocultas porque perjudican grandes intereses. Y una proporción aún mayor, tres de cada cuatro encuestados, afirman que el gobierno oculta a menudo información relevante a la ciudadanía, o bien que un pequeño grupo de personas toma las decisiones importantes a escala mundial para favorecer sus intereses.
