"No hay avances, este otoño tendremos que tomar una decisión", ha sentenciado el secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Turull, sobre las negociaciones en Suiza con el PSOE para la resolución del conflicto político en Catalunya. El mensaje que ya avanzó este sábado en Figueres, en el primer consejo nacional del partido del curso político. Tras una nueva reunión esta semana en la que los de Carles Puigdemont han trasladado a los socialistas su malestar por los "incumplimientos" del Gobierno de Pedro Sánchez con los acuerdos que le llevaron de nuevo a la Moncloa, Turull ha avisado este domingo en una entrevista a El Periódico que el reloj corre y ellos no se quedarán de brazos cruzados. Los próximos meses pueden ser cruciales, sostiene el dirigente juntaire.

Unas declaraciones después de que los de Carles Puigdemont hayan avisado al PSOE que no negociará ni dará apoyo a los presupuestos generales del Estado que presente el Ejecutivo Sánchez si los socialistas no cumplen los acuerdos que tienen pendientes. Reitera Turull este domingo para el citado diario: acabar "la criminalización del independentismo, el reconocimiento nacional de Catalunya y las condiciones para generar una confianza" para abordar el conflicto político. En un contexto, además, donde los juntaires han contribuido a tumbar varias votaciones impulsadas por el Gobierno en el Congreso. La más reciente, la reforma laboral de la vicepresidente Yolanda Díaz. Asimismo, mientras que los Puigdemont presionan por la aplicación de la amnistía a todos los encausados por el procés, ante las reticencias del Tribunal Supremo. O por la oficialidad del catalán en Europa, que se enfrenta a la negativa de diversos Estados miembros, azuzados por la mano negra del PP en Europa. Con todo, los juntaires, que nunca se han considerado parte del bloque de investidura, amenazan con dejar caer Sánchez si no hay resultados tangibles de sus acuerdos.

Preguntado por si una eventual reunión entre el presidente español y líder de los socialistas, Pedro Sánchez, y el expresidente catalán y líder de Junts, Carles Puigdemont, podría reencauzar las relaciones entre las partes, Turull ha sentenciado que "no se ha producido y ahora ya es tarde". "Así de claro", ha insistido el dirigente juntaire. Aunque no buscan una fotografía, dice Turull, creen que en su momento esta reunión podría haber sido "buena", para que "los dos liderazgos de los dos proyectos que han hecho una apuesta muy arriesgada tuvieran una conversación larga, honesta y sincera sobre este acuerdo". Sin embargo, el número dos de Puigdemont en el partido ha lamentado que en la Moncloa "están muy acomplejados, por lo que se pueda decir en según qué zonas del Estado".

En nombre de Sánchez, la interlocución en Suiza ha sido estos meses primero con el ahora exsecretario de organización Santos Cerdán, ahora a prisión por corrupción, y después con el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Con quien sí que se ha visto Puigdemont también es el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, cuando este visitó Bruselas a principios de mes. Una reunión que Illa enmarcó en las reuniones que ha mantenido con todos los expresidentes y que el mandatario socialista defendió como diálogo democrático para seguir avanzando. Así mismo, desde el Gobierno negaron que fuera en representación para facilitar la negociación de presupuestos y afirmaron que era un encuentro para "seguir ganando confianza mutua".

Si cae la cesión de inmigración a Catalunya, "no ayudará"

Sobre el impacto que puede tener en las negociaciones con el PSOE la eventual caída de la ley por el traspaso de competencias en inmigración que se votará en el Congreso de los Diputados la semana que viene, Turull ha afirmado que "no ayudará" en las relaciones con los socialistas. Para aprobarse hace falta el apoyo de Podemos, formación enfrentada con su exsocio Sumar e instalada en la oposición al Ejecutivo de Sánchez y Yolanda Díaz desde el grupo mixto. Los de Ione Belarra han reiterado que consideran que se trata de una ley "racista" que se ha pactado como concesión a "un partido antiinmigración que compite con la ultraderecha catalana". Desde Junts defienden la competencia como "de Estado" para favorecer la integración y la convivencia en Catalunya, como dijo Puigdemont cuando se pactó el acuerdo con el PSOE. Turull ha lamentado este domingo que Belarra no ha querido hablar con ellos de la cuestión y ha acusado a los morados de "catalanofobia por cuatro votos".