Ocho años después del referéndum de independencia del 1 de octubre de 2017, Junts per Catalunya ha querido reivindicar su "vigencia" y ha reafirmado su "compromiso en implementar su mandato". Los de Carles Puigdemont han conmemorado el aniversario del referéndum que dio paso a la declaración unilateral de independencia como punto álgido del procés y, en una nota publicada ad hoc, hacen repaso de las cuestiones políticas pendientes a resolver y de los retos que presenta el movimiento independentista catalán. "No ha habido ninguna normalización, como algunos pretenden hacer ver", aseveran los juntaires, disparando un dardo al president Salvador Illa y su proyecto político.

Los de Carles Puigdemont sostienen que el referéndum del 1-O "sigue siendo la expresión más alta de la voluntad de ser de los catalanes". Así, recuerdan que aquel domingo de 2017, unos 2,3 millones de ciudadanos participaron con su voto "desafiando la violencia policial y judicial del Estado español" en un sufragio que valoran como "escrupulosamente democrático y vinculante". El resultado que los juntaires dan por válido, de "más de un 90% de apoyo a la independencia", los vincula, sostienen, a mantenerse "fieles a aquello que fue mayoritariamente votado".

Dardo a Illa: "No ha habido ninguna normalización"

Más allá de la conmemoración del hito político independentista, Junts critica que la respuesta del Estado "sigue siendo la misma: represión, criminalización y negación de los derechos democráticos". La formación postconvergente sostiene que "no ha habido ninguna normalización, como algunos pretenden hacer ver", en lo que se intuye como un dardo al president Salvador Illa y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que han presentado su proyecto socialista como dejar atrás el procés para centrarse en la gestión y mejora de los servicios públicos y hacer crecer a Catalunya con lo que denominan "prosperidad compartida".

En este sentido, los juntaires recuerdan que a pesar de la ley de amnistía que acordaron con el PSOE y los socios de investidura de Sánchez en el Congreso, hoy en día la mayoría de dirigentes independentistas que organizaron el referéndum del 1-O siguen sin poder hacer política con normalidad, porque están inhabilitados o en el exilio y requeridos por los tribunales. Así, mencionan al líder de la formación, Carles Puigdemont, o los exconsellers Lluís Puig y Toni Comín. "La ley de amnistía, que debía resolver este conflicto político, sigue atascada por la resistencia de una parte del poder judicial español a aplicar una ley aprobada democráticamente por los representantes de la soberanía popular", denuncian en la nota, para añadir que esto es "un golpe de Estado togado".

"Rehacer la unidad" y "recuperar" las instituciones y las calles

Así, ocho años después del 1-O, Junts ha reafirmado la "vigencia del mandato del referéndum" y su "compromiso" de hacerlo efectivo y, para ello, se encomiendan en la nota a "rehacer la unidad" del independentismo. Movimiento inmerso en una derrota en las instituciones, dado que ha perdido la mayoría en el Parlament, ha perdido escaños en el Congreso, a pesar del papel clave por la minoría parlamentaria de Sánchez, y no gobierna la Generalitat ni el Ayuntamiento de Barcelona. También en las calles, donde la movilización se mantiene para las fechas señaladas como la Diada pero con manifestaciones cada vez más descafeinadas. Y en medio de una pugna entre quienes apuestan por la unilateralidad y la desobediencia y quienes apuestan por el pactismo con el Ejecutivo español. A la vez que en los últimos años se ha encarnizado la disputa entre Junts y Esquerra Republicana por la hegemonía del movimiento que llegó a concurrir en una misma lista bajo el nombre de Junts pel Sí. Así, ante esta situación, los de Carles Puigdemont aseguran en su comunicado que trabajan para "recuperar la mayoría en las instituciones y en la calle".