La equidistancia que está adoptando al PSC con la lengua catalana sigue creciendo. Hoy el nuevo episodio ha sido protagonizado por el líder socialista en Catalunya, Salvador Illa, que ha acusado al Govern de buscar "réditos electorales" en la querella que ha presentado contra el líder del PP, Pablo Casado, por sus mentiras sobre la escuela catalana, cuando se inventó que en las aulas los niños que hablaban castellano no pueden ir al lavabo. Es por este motivo que el Ejecutivo catalán ha presentado una querella en el Tribunal Supremo por delitos de injurias, calumnias e incitación al odio y la violencia.
Esta acción no ha gustado a Illa, que en una entrevista de Europa Press ha sostenido que esta querella beneficia "aquellos a los que les interesa que el tema siga vivo y que se siga hablando de eso, porque seguramente tienen que sacar réditos electorales,", y ha avisado de que en ningún caso beneficia el catalán. ¿La propuesta de Illa? Responder desde el terreno político y no desde el judicial.
Más allá de eso, Illa ha valorado las declaraciones de Casado, que ha enmarcado en una declaración más de miembros del PP que muestran su "desconocimiento de lo que está pasando a Catalunya", y ha considerado que las declaraciones de Casado, más allá de falsas, son "profundamente desafortunadas", y ha añadido que algunas voces están interesadas a mantener un debate politizado y subido de tono sobre este asunto, cuando él apuesta por la serenidad y reflexión.
Y bien al igual que ha criticado a Casado, también ha cargado contra el conseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, por haber visitado la escuela de Canet de Mar donde se ha impuesto un 25% de la educación en castellano. Para Illa, esta visita significó el señalamiento de un alumno, en referencia a la familia que ha pedido este porcentaje. Es así que ha insistido en que algunos políticos buscan retroalimentarse en el debate.
Les parece bien el 25%
Después de estas declaraciones Illa también ha dicho, en la misma entrevista. que el PSC defiende que el catalán sea lengua vehicular del sistema educativo en Catalunya, y ha añadido que la defensa del catalán "no pasa por la persecución ni la estigmatización del castellano, ni pasa por la imposición del catalán".
Pero a pesar de esta defensa que asegura, ha subrayado que les parece bien que las escuelas tengan que ofrecer un 25% de la educación en castellano, aunque no es su apuesta porque ellos quieren un sistema que dé flexibilidad a los centros.
El modelo que defiende al PSC va en la línea del recogido en un documento de 2018 del anterior conseller de Enseñanza, el republicano Josep Bargalló, que planteaba flexibilizar la cantidad de horas en castellano según la realidad sociolingüística de cada centro, es decir que los centros lo adaptaran a sus necesidades --el Govern aseguró que se trataba de un documento de debate abierto a aportaciones-.
Illa cree que este documento fue "boicoteado" por movimientos y entidades como el Grupo Koiné y por algunos grupos parlamentarios, y ha sostenido que algunos confunden el uso del catalán como lengua vehicular con el monolingüismo en la enseñanza, dado que, a su juicio, estos grupos quieren tratar el castellano como una lengua extranjera en la escuela catalana.
Ha insistido en la necesidad de despolitizar este asunto y de sacar el foco de los centros educativos, y ha garantizado que el PSC quiere contribuir a "rehacer un consenso y un acuerdo amplio" en este ámbito.
Críticas de Junqueras
Illa ha descartado responder a las críticas que el presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha lanzado contra el PSC por este asunto, porque sostiene que "es un error politizar el uso de la lengua en la escuela" y cree que responder a sus acusaciones sería contribuir.
Junqueras considera que el PSC ha renunciado a defender con plenitud el modelo educativo catalán porque "piensa que le es más rentable en términos electorales hacer seguidismo de la extrema derecha españolista y de la derecha cada vez más extrema", ha dicho en otra entrevista de Europa Press.
En la imagen destacada, el líder del PSC Salvador Illa / David Zorrakino