El Frankfurter Allgemeine Zeitung, considerado el diario más importante de Alemania, se ha mostrado perplejo por la reconversión del economista excomunista Ramón Tamames como candidato del partido ultra Vox. "La distancia política entre unos y otros no podía ser mayor", dice sorprendido el rotativo. Y explica que la transformación va acompañada de un intento de blanquear el partido de Santiago Abascal. Cita en este sentido lo que dice el mismo Tamames: "No son en absoluto fascistas. Y mucho menos racistas. Si a caso, se los podría tildar de nacionalistas españoles".

El Frankfurter recuerda que Tamames ingresó en el Partido Comunista el año 1956, fue miembro de su comité central, y ocupó un escaño en el Congreso a finales de los años setenta como representante de la línea eurocomunista. "Estuvo al frente del movimiento estudiantil de protesta contra la dictadura franquista, e ingresó en la cárcel dos veces por sus condiciones políticas. Más tarde abandonó a los comunistas y fue uno de los fundadores de la alianza de izquierdas Izquierda Unida, que también representó en el Congreso", dice.

Remarca también que entre los más de 30 libros que ha publicado el catedrático destaca su "obra de referencia" Estructura Económica, de la que se han publicado 26 ediciones. "Algunos comentaristas le han acusado de megalomanía. Pero la mayoría de los críticos, sean de derechas o de izquierdas, son ahora los primeros en expresar un gran respeto por Tamames", añade. Insiste en cambio que para Vox, Tamames no es más que "un comodín". "Tiene vía libre para hacer un arreglo de cuentas general con el gobierno de izquierdas que está en minoría, y eso dará a los populistas de derechas la máxima atención mediática, al menos por un día. Hace meses que sufren una caída en las encuestas. Se supone que Tamames ya ha cumplido con su deber. No tiene ninguna posibilidad real de ser presidente. Hace dos años y medio el líder de Vox, Santiago Abascal, ya presentó su propuesta y fracasó. Se supone que Tamames solo hará una aparición como invitado de los populistas de derechas, al inicio del gran año electoral", precisa.

El Frankfurter cree también que Vox se está aprovechando del catedrático. "Con la ayuda de un intelectual respetado, Vox quiere intentar salir del rincón de la derecha y ponerse al frente de una oposición transversal", resume. Recuerda que la moción de censura no tendrá el apoyo del PP ni el de Ciudadanos, y por lo tanto Vox se quedará sola en el Congreso. El diario no esconde, sin embargo, citando a periodistas españoles, que el día de la moción será un "teatro de desprestigio parlamentario" que Vox escenificará como si comercializara una marca de galletas o de chocolate.