La petición de extradición de Clara Ponsatí pone en dificultades en el gobierno escocés. Después de que la policía escocesa confirmara que contaba con la orden europea de detención, la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, mostró su rechazo ante la posición del Estado Español para "perseguir" a los políticos soberanistas, pero aseguró que su Gobierno respetaría la independencia del sistema judicial.

Según la opinión de Anthony Salamone, analista del Centro Escocés de Relaciones Europeas, la petición de extradición de Ponsatí es un "quebradero de cabeza" para el Partido Nacional Escocés (SNP), que ostenta el poder en este territorio. "Es una situación en que el SNP no querría haberse visto, porque, aunque Sturgeon ha dicho que no quiere involucrar su Gobierno en la extradición, desde el momento en que el proceso se produce le presenta muchas dificultades", ha afirmado en declaraciones a EFE.

La cuestión de Ponsatí tendrá un coste político para el partido de Sturgeon, ya que cualquiera de los posibles desenlaces presentaría dificultades para el ejecutivo escocés. Según el experto, si finalmente Ponsatí es extraditada en España, la decisión causaría "gran alboroto entre los miembros y los votantes del SNP" porque se criticaría la neutralidad del partido, mientras que si la extradición es rechazada "situaría el Gobierno escocés en una posición difícil con respecto a España y el gobierno británico".

"No tenemos que olvidar que, aunque la celebración de un nuevo referéndum de independencia en Escocia no será inmediata, es una estrategia que el SNP mantiene a largo plazo", ha recordado Salamone. Por lo tanto, en el hipotético escenario que consiguiera la independencia, Escocia querría optar a ser miembro de la Unión Europea y desearía que España no se opusiera.