Estimada Sra. Niubó,
No sabemos si usted ha hecho caso al ruego de Jenny Guitar, quien, en la carta anterior, le pedía que se pusiera en contacto con el director de este diario, el Sr. Antich, para que recuperara la voz de Les Tietes. Se lo preguntamos porque él a nosotras no nos ha dicho nada y, a estas alturas, todos ya van un poco tarde, dado que Les Tietes hemos decidido cerrar nuestra etapa de pelmazo del Departamento de Educación y de sus consejeros y consejeras (mire que ya llevamos a tres flagelados!) para abrir, tal vez, otras ventanas de oportunidad, como dicen ahora.
Los motivos por los que Les Tietes se han ido progresivamente silenciando no tienen solo que ver con el previsible ninguneo por cuestiones de género que durante estos años han llevado a cabo los señoros que copan la intelectualidad del mundo educativo catalán. ¡Noooooo, qué va!, a Les Tietes no hay hombretón que las pueda detener. En realidad, es que, después de treinta y siete años y seis meses y cuatro días de carrera docente, ¡¡nos ha llegado la hora feliz de la jubilación!! Por cierto, ¿cuántos años tiene cotizados en las SS? ¿Ya está al tanto de su vida laboral, consejera? ¿Ha mirado si le salen los números? Lo decimos porque, pensándolo bien, por el servicio que su consejería hace en el país, quizá usted y todos los que tiene detrás ya podrían empezar a retirarse, ¿no cree? ¡Calcule la cantidad de dinero que la Generalitat se ahorraría! Nosotros sí hemos hecho números y solo con su sueldo vendrían a ser unos 121.958,48 euros anuales menos, oye, y eso es mucho dinero si consideramos que gana 15.360,02 más que Pedro Sánchez o 40.164,68 más que la Ministra de Educación del Gobierno de España, la Pilar Alegría esta, que con tanta ley descabellada no nos da muchos motivos para la hilaridad. ¡A usted le pagamos a precio de lujo las inútiles gestiones que hace en esta estupenda autonomía de feria que nos ha quedado!
Pero volviendo a la nuestra, de jubilación, la despedida ha sido de lo más entrañable y emotiva, no se crea: lágrimas de las compañeras del departamento; discursos y relojes de marca no te fijes de la directora; joyas de autor y camisetas “Estoy jubilada, no me organices” elegidas por las más, más amiguis de todo el claustro; ramos de flores y orquídeas entregados entre llantos por la cuqui-conserje, y, al final, unas cajas de experiencias gastronómicas en el Bages y de masajes relajantes en la Garriga. Un "completo". Anímese, mujer, ya verá cómo la suya también será igual de lucida.
Se estará preguntando qué tiene que ver la jubilación con el hecho de dejar de escribir sobre educación. Mire, Sra. Niubó, pues sí tiene mucho que ver, dado que nosotras no queremos hacer ni como usted ni como otros consejeros y consejeras de Enseñanza, que nunca han pisado un aula; ni como ese grupo de señoros que no paran de pontificar sobre el tema desde los despachos de las universidades y los sindicatos, donde han corrido a refugiarse para no tener que remangarse dando clases. Nosotras, como buenas feministas que comulgamos con la idea de que “lo personal es político”, siempre hemos hablado desde el yo y desde la experiencia, y, por tanto, todas, todas las veces que hemos puesto el dedo en la llaga alertando del genocidio educativo que hace años que se está perpetrando en este país, lo hemos hecho porque estábamos tocando aula y lo sufríamos en primera persona. Por tanto, lejos de nuestra voluntad y de nuestra honestidad profesional convertirnos en unas impostoras y hablar mientras miramos la cosa de lejos estando, que es lo que haremos en adelante.
Que estemos más alegres que unas pascuas por nuestra merecidísima jubilación, no quiere decir que no nos vayamos muy preocupadas por la apocalíptica situación que dejamos tras nosotras. Para que nos entienda, consejera, ¿ha ido al cine a ver la película Sirat? Pues no se la pierda, porque más o menos describe bastante bien el paisaje desolador que se ve en las aulas de nuestro país: un desierto, un campo de minas, un tren de refugiados que no va a ninguna parte, alumnos y profesorado reducidos a una especie de zombis que bailan danzas telúricas, estremeciéndose y convulsionando, al sonido de la lisérgica música rave de los Chamanes eléctricos en la fiesta del sol, como dice el título de la novela de Mónica Ojeda. Total, tía, tía, ¡qué drop!, tía, ¡qué trip infernal! Que, si no te colocas un poco con un poco de droga líquida preparada con el mortero de hacer alioli, ¡¡no hay quien lo aguante!!
Hace ya muchos años que han convertido la escuela en un casal y un espacio idílico de estúpida felicidad para postergar la entrada de los niños y las niñas en el mundo hostil
Y si cree que exageramos, ¡para nada! La prueba más evidente la tenemos en los cada vez más nefastos resultados obtenidos por el alumnado en las pruebas PISA, las Competencias Básicas y ahora también en las PAU, unos resultados que dan tanta vergüenza que ustedes no saben ni cómo esconderlos de la opinión pública. Todos ellos son consecuencia del fracaso de la enseñanza por proyectos, retos y de las evaluaciones por competencias que han menospreciado sistemáticamente los conocimientos y el profesorado que los imparte, como si fueran rémoras del pasado… Mira que hace años que lo advertimos, pero es que no hay peor sordo que el que no quiere oír. Y es que a quien se le ocurre comprar la idea a los hombres de negro de la OCDE, responsables directos de la agenda neoliberal clasista, segregadora, privatizadora y externalizadora que ha conducido a la debacle en la que la enseñanza actual malvive. Qué me dice del Innovamat? ¿No iba tan bien esta plataforma que han corrido a comprar las escuelas para aprender matemáticas? ¿O qué no eran tan buenos los consejos de la Fundació Bofill o de la Escola Nova 21 que ustedes seguían punto por punto? ¡Mire, consejera, pues aquí lo tenemos, en las estadísticas que evidencian su fracaso! Y no nos haga hablar del tema de la inexistencia de una verdadera inclusión educativa, que ha convertido las aulas en un vertedero de diversidades maltratadas y que ha provocado que la escuela, y muy especialmente la pública, se vea absolutamente desbordada por el tsunami de problemáticas que le han caído encima (si es que lo de la educación, digámoslo sin tapujos, ¡¡no interesa en realidad a nadie!!). Todo esto sumado a una crónica falta de inversión y de recursos, excepto cuando se trata de comprar pantallas y tecnología a Google y otras grandes empresas del sector (¡qué negocio!), o de renovar el mobiliario de las aulas sin que nadie lo pida (¡cuánto marketing!). En cuanto a la práctica de las políticas de escaparate, ustedes son verdaderos expertos, porque lo quieren resolver todo (acoso escolar, discriminación de género, LGBTIQ+ fobia, falta de uso del catalán, salud mental, etc.) con cuatro campañas oportunistas y un teléfono de guardia “por si acaso”. Y esto último lo decimos en castellano, porque todo ha culminado en una medida estrella digna de Ayuso, como es el famoso vale escolar que sirve para hacer trapicheos y “bescanvials als comergos acherits”. ¡Qué ridículo, consejera! Si es que parece de chiste. Ahora que, pensándolo bien ¿quiere más pruebas de los resultados nefastos de su sistema educativo que estos errores garrafales? ¿Acaso no se lo veía venir? Si es que hace ya muchos años que han convertido la escuela en un casal y un espacio idílico de estúpida felicidad para postergar la entrada de los niños y las niñas en el mundo hostil, injusto y competitivo que les espera.
Mire, Sra. Niubó, como nosotras nos jubilamos, dejaremos la crítica educativa a alguien más que desde las trincheras quiera tomar el relevo. Bien mirado, cuando el pícaro de Aragonés sacó al machirulo pirómano de Cambray (entre nosotras, consejera, ¿verdad que usted también tenía tirria al personaje?), la resistencia educativa del profesorado se desarticuló por completo. Llevamos cursos de desmovilización en los claustros, en clara consonancia con la anestesia política que vive Catalunya desde que se liquidó el procés y que ha permitido que usted y su partido, encabezado por el Sr. Illa, se apoderen del Govern de la Generalitat. ¿A cambio de...? Un indulto que mantiene inhabilitados a todos los implicados, una amnistía que solo ha amnistiado a policías y, jugada maestra de buenos trileros, la breve falacia de un proyecto ecologista que ha acabado de nuevo con la resurrección (¡qué pesadilla!) de la tercera pista por la que nos llegarán aludes de zombi-raver-turistas, ataviados con sombreros, gafas negras y kilos de crema solar, para sumarse a las filas de los zombi-raver-nacionales y montar en autocares para pasar unas alucinadas vacaciones alucinógenas en el casino del Hard Rock, recientemente aprobado a hurtadillas en el Parlament. Mientras tanto alcaldesas de su partido nos entretienen discutiendo si es políticamente correcto o no cantar aquello de “Quan el Català sortia a la mar / els nois de Calella / feien un cremat, / tocant la guitarra solien cantar (solien cantar) / Visca Catalunya, Visca Catalunya, / Visca el Català!”. Un poquito de polémica folclórica para despistar al personal indepe y alimentar la zombicatalanidad.
Que conste que a Les Tietes nos gustan mucho las habaneras (sobre todo “La bella Lola”, porque va de mujeres empoderadas), y mucho más que esta música rave alienante que hoy nos hacen bailar a todos, con la ayuda de sustancias enteógenas, mientras rulamos en la espiral de locura educativa que nos ha tocado habitar. Pero como, aunque pueda parecer lo contrario, somos optimistas por naturaleza, que no ingenuas, conservamos intacta una brizna de esperanza porque hemos sabido de la gestación de un movimiento de protesta llamado Docentes en huelga por un sueldo digno, formado por el profesorado que saltó como un muelle muy indignado cuando usted declaró en la RTVE que los docentes de Catalunya estaban tan bien pagados (¡ojo, nunca como usted!), a pesar de haber arrastrado la pérdida de un 25% del sueldo en los últimos quince años, además de tener que soportar un empeoramiento despiadado de las condiciones laborales en general.
Es por eso que Les Tietes nos jubilamos, pero no nos desactivamos, porque, además de engrosar las cifras de manifestantes pensionistas-yayoflautas, nos comprometemos a ir a hacer bulto en todas las futuras huelgas del profesorado, a enarbolar pancartas, a gritar consignas por los megáfonos, a redactar manifiestos incendiarios, a cortar calles, hacer escrache donde haga falta y acampadas en las plazas, hasta que el cuerpo aguante o las prótesis de rodillas, caderas y otras partes del cuerpo reemplazables a causa del desgaste nos detengan. Tiemble, consejera, porque vaticinamos que le espera una época tan mala como la que vivió su antecesor, el Sr. Cambray. Esto, a menos que un fuerte viento tormentoso ultraderechista haga caer antes todo el castillo de naipes socialista y los barra de la faz de la tierra, a usted y a su gobierno también.
De hecho, si todo va bien, que de hecho no lo hará porque todo va mal, y fracasamos, Les Tietes quizás acabaremos escribiendo sobre esto. Déjenos terminar esta carta, aparentemente poco seria por lo de los zombi-ravers a carretadas, con una imagen más culta, y dirigiéndonos a una lectora o a un lector que va más allá del estricto mundo de la educación. El conocido filósofo Walter Benjamin llevaba siempre encima la pequeña acuarela de Klee, Angelus Novus, que le servía de inspiración. Encima de aquel ángel de la historia, que mira con ojos aterrados la ruina y la catástrofe de la que venimos, se abate el huracán del pasado que lo empuja hacia un futuro incierto. Con sus ojos queremos mirar el actual avance vertiginoso de la extrema derecha, el descrédito de los derechos humanos, la proliferación de guerras en el mundo, el silenciamiento del genocidio palestino y la muchedumbre de narcisistas despiadados que nos gobiernan, Trumps, Putins, Netanyahus, Orbans, etc. Y estos señoros nos dan motivos suficientes para mojar pan y afilar las herramientas de la sátira más desgarrada, aquella que a Les Tietes nos hace salivar.
Antes de empezar a remangarnos… o no, queremos despedirnos con nuestro agradecimiento a todas las lectoras y los lectores que nos han seguido, compartido y hecho llegar sus comentarios llenos de complicidad. Vosotros, público fiel, con el que hemos compartido tantas risas, habéis sido quienes nos habéis alentado a mantener viva la tan necesaria denuncia en materia educativa, siempre a través de la sátira en voz femenina.
Un abrazo a todas y que las vacaciones os sean favorables. Nos reencontramos, quizás… o no.
¡Y a usted, consejera, si te he visto, no me acuerdo!
Les Tietes