Tesla ultima el lanzamiento del Model Q, el que será su modelo más asequible hasta la fecha. Este nuevo eléctrico de la marca californiana se presentará a lo largo de este año con el objetivo de colocarse en un rango de precio inédito para la compañía, por debajo de los 30.000 dólares en los mercados que cuentan con ayudas a la compra de vehículos cero emisiones.
El Model Q se situará un escalón por debajo del Model 3, con un tamaño más compacto y un planteamiento urbano, pero sin renunciar al estilo minimalista y tecnológico que caracteriza a Tesla. El desarrollo se basa en una evolución de la plataforma de los actuales Model 3 y Model Y, lo que permitirá reducir costes de producción y aprovechar gran parte de la infraestructura existente. Esta estrategia industrial es clave para ofrecer un precio tan contenido sin comprometer la rentabilidad del proyecto.
Las versiones iniciales del Model Q estarán equipadas con baterías de litio-ferrofosfato (LFP), una tecnología más asequible que la empleada en los modelos superiores, con capacidades de entre 50 y 75 kWh según versión. La autonomía prevista superará los 500 kilómetros en la variante de tracción trasera, mientras que las configuraciones con doble motor y tracción total ofrecerán mejores prestaciones a costa de una ligera reducción de alcance.
Un Tesla más compacto, pero con alma de marca
El diseño interior mantendrá la filosofía de Tesla: líneas limpias, una gran pantalla central y controles digitales, acompañados de materiales sencillos pero de buena calidad. Aunque se trate del modelo de acceso, la marca pretende evitar una imagen de “vehículo básico”, dotándolo de elementos distintivos como iluminación ambiental y acabados que refuercen la sensación de producto tecnológico.
En términos de posicionamiento, el Model Q está llamado a convertirse en el modelo con mayor volumen de ventas de Tesla. Su producción alcanzará un ritmo masivo, con el objetivo de llegar a medio millón de unidades al año, lo que permitirá atender tanto la demanda de Estados Unidos como la de Europa y Asia a partir de 2026.
No es ningún secreto que el gran objetivo de Tesla con este proyecto es democratizar el acceso a sus coches eléctricos. Lo destacable en este caso es que el Model Q no solo ampliará la base de clientes de la marca, sino que también ejercerá de puerta de entrada a su ecosistema tecnológico y de conectividad. Con él, Tesla consolida un movimiento estratégico: ofrecer un coche más pequeño y asequible, pero con el mismo ADN que ha convertido a la marca en referente de la movilidad eléctrica.