Es de sobra conocido que tarde o temprano los coches eléctricos van a ser los coches que dominan las carreteras españolas. En este sentido, eso sí, cabe destacar que aún a día de hoy este segmento están muy por detrás de los coches de combustión e incluso los coches híbridos.
Son muchos los factores que están provocando que España sea uno de los países que va a la cola en la venta de coches eléctricos, pero sobre todo son dos los que realmente afectan en este sentido.
Por un lado, el alto coste que tienen a una inmensa mayoría de los modelos eléctricos comparado con sus versiones con motores de combustión y, además, la pobre infraestructura de carga que tenemos actualmente en nuestro país, especialmente para aquellos modelos que no pueden hacer uso de un súper cargador de Tesla.
Sin embargo, teniendo en cuenta el precio actual de los combustibles y que sean muchos los expertos que apuntan que no va a hacer otra cosa que seguir aumentando, cada vez son más los españoles, especialmente aquellos que saben que se pueden instalar un punto de carga en casa o en su garaje, los que están decidiendo dar el salto, sobre todo aquellos conductores que saben que su uso habitual en el coche va a ser de trayectos cortos y urbanos así como algunos desplazamientos largos al largo del año.
Esto es lo que cuesta cargar un coche eléctrico en casa
No es que sea precisamente ningún secreto que para lograr el menor coste por kilómetros con un coche eléctrico lo mejor que se puede hacer es cargarlo en casa ya que, entre otras cosas, hacerlo en casa acabar reduciendo a casi 1/3 del coste total respecto a cargarlo en cargadores de carga rápida.
No en cuenta algunos de los precios actuales del coste por kilovatio hora de las mayoristas más importantes de suministro de electricidad, que el precio actual para recorrer 100 km en un coche eléctrico cargado en casa con tarifa sin discriminación horaria se queda por debajo de los tres euros, un precio que puede ser inferior si optamos por tarifa con discriminación horaria y cargamos el coche en los momentos en los que la tarifa es más baja.
Evidentemente cabe tener en cuenta que el coste de un eléctrico es mayor que el de combustión pero, si se hace un uso racional de su batería y si se carga casi siempre en casa a excepción de viajes puntuales, a la larga acaba siendo más rentable tener un coche eléctrico.