Donald Trump ha declarado de manera tajante que no permitirá que Israel se anexe Cisjordania, marcando un giro importante en la política norteamericana con respecto a la región. El presidente norteamericano se posicionó así en contra de lo que anunció el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sobre los planes de seguir colonizando el territorio. "No permitiré que Israel se anexe Cisjordania. No, no lo permitiré. No pasará. ¡Ya basta! Es hora de detenerlo", afirmó ante los periodistas en el Despacho Oval, mientras firmaba órdenes ejecutivas, justo antes de la llegada a Nueva York de Netanyahu para su intervención ante la ONU prevista para este viernes. Trump ha rechazado las intenciones que estos días han manifestado algunos políticos de extrema derecha del gobierno judío instando a Netanyahu a extender la soberanía de Tel Aviv sobre Palestina y acabar con las esperanzas de un Estado palestino soberano, en respuesta a la oleada de países que en las últimas semanas han reconocido oficialmente al Estado Palestino.

Netanyahu había dicho antes de salir hacia Nueva York que no permitirá la existencia de un estado palestino, calificó de "una vergonzosa capitulación ante el terrorismo" el reconocimiento por parte de estos países y destacó que durante su gobierno "se han duplicado los asentamientos israelíes ilegales en el territorio palestino de Cisjordania ocupado por Israel", y remarcó: "Seguiremos por este camino". El primer ministro prometió que su respuesta al reconocimiento de Palestina sería anunciada después de su retorno de la Asamblea de la ONU, insinuando públicamente la posible anexión de una parte significativa del territorio ocupado. Netanyahu se mostró convencido de que tendría el apoyo de los Estados Unidos, pero Trump ha dejado claro que no dará apoyo a estas intenciones. "No, no lo permitiré. No pasará", explicó el presidente de los Estados Unidos, al ser preguntado sobre el que y ha dicho esta semana a algunos líderes de países árabes o al presidente francés Emmanuel Macron, a los que aseguró que no permitiría en Israel seguir colonizando en dirección al río Jordán, cosa que el presidente confirmó: "No pasará", remachó. Trump también fue cuestionado sobre si había hablado con Netanyahu, y respondió: "Sí, pero no lo permitiré". "Tanto si hablé con él como si no, y hablé con él, no permitiré que Israel anexione Cisjordania. Ya basta. Es momento de detenerlo", añadió el republicano, que tiene previsto reunirse con Netanyahu en la Casa Blanca el próximo lunes.

Trump se ha opuesto al reconocimiento de un Estado palestino, al cual se han sumado diez países en los últimos días coincidiendo con la celebración de la 80.ª Asamblea General de la ONU, y ya son 157 de los 193 Estados con presencia a las Naciones Unidas que reconocen este derecho para los palestinos, pero si mantiene esta postura, no apoyará al gobierno israelí en sus planes de anexión. Netanyahu se tendrá que enfrentar a un gran dilema si no cuenta con el visto bueno de los Estados Unidos por esta anexión que le reclama el ala dura de su gobierno. Los ministros Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir reclamaron públicamente el domingo la anexión formal de Cisjordania como respuesta directa al posicionamiento del Reino Unido, el Canadá y Australia. Smotrich, actual ministro de Finanzas y líder del Partido Sionista Religioso, aseguró a través de un mensaje publicado en la red social X que "la única respuesta a la maniobra antiisraelí es la soberanía sobre la patria del pueblo judío a Judea y Samaria (nombre bíblico de Cisjordania) y la eliminación definitiva de la absurda idea de un Estado palestino". El dirigente hizo un llamamiento directo al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para que actúe de manera inmediata: "El momento es ahora y está en sus manos", ha advertido, recordando que los días en que el Reino Unido y otros países determinaban nuestro futuro han acabado.

Actualmente, la ocupación de Cisjordania está declarada como ilegal por la Corte Internacional de Justicia. Desde que Israel cogió el control de Palestina en la guerra de 1967, los asentamientos no han dejado de expandirse. Sin embargo, a partir del estallido de la guerra en Gaza, este avance ha adquirido un ritmo inédito que reconfigura, día tras día, el mapa del territorio ocupado. Actualmente, unos 700.000 colonos israelíes conviven con 2,7 millones de palestinos en estas tierras.

El pasado mes de agosto, el ministro de finanzas, Bezalel Smotrich, anunció un plan de asentamientos en Cisjordania que suscitó la condena unánime de la comunidad internacional. El 14 de agosto se hizo público que la Administración civil de Israel en Cisjordania (un órgano gubernamental en el territorio ocupado) había dado luz verde a la construcción de más de 3.400 nuevas viviendas israelíes en el área denominada E1, entre Jerusalén y el asentamiento de Maale Adumim, un proyecto que hacía décadas que estaba congelado por la fuerte oposición de la comunidad internacional. Con este plan, el gobierno espera duplicar la población del asentamiento con 35.000 nuevos residentes en los próximos años. "El plan enterrará la idea de un Estado palestino", indicó el ministro de finanzas, dado que construir en este emplazamiento separaría de hecho Cisjordania del Jerusalén Oriental ocupado y obstaculizaría considerablemente la contigüidad territorial.