El gobierno de Pakistán ha anunciado este sábado su intención de presentar formalmente al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, como candidato al Premio Nobel de la Paz, en reconocimiento de su intervención diplomática para parar la crisis a la región de Cachemira. En un comunicado oficial, Islamabad argumenta que Trump ejerció un "liderazgo decisivo" y desplegó "intervención diplomática" para calmar una situación que amenazaba con desestabilizar toda la región. El texto subraya que, en un momento de "intensa turbulencia regional", el magnate demostró "una gran visión estratégica y una habilidad política excepcional" a través de su contacto tanto con Nueva Delhi como con Islamabad, lo cual contribuyó a conseguir un alto el fuego. Esta iniciativa diplomática llega poco después de una reunión mantenida a Washington entre Trump y el jefe del ejército pakistaní, el mariscal Asim Munir.
Un día antes de la propuesta de Pakistán, Trump ya había abordado la cuestión del Premio Nobel de la Paz a través de un mensaje en su red social, Truth Social. En tono irónico y reivindicativo, el presidente de los Estados Unidos escribió: "No recibiré un Premio Nobel de la Paz por haber detenido la guerra entre la India y Pakistán (...) No, no me lo darán pase lo que pase, ni con Rusia y Ucrania, ni con Israel e Irán, sea cual sea el resultado, pero la gente lo sabe, y eso es lo único que me importa". En declaraciones posteriores a medios norteamericanos, Trump reiteró este mensaje y amplió su lista de méritos: "Me tendrían que dar el Nobel por Ruanda y, si lo miras, por el Congo, o podrías decir Serbia y Kosovo, podrías decir muchos. Lo más importante es la India y Pakistán. Tendría que haberlo recibido cuatro o cinco veces".
Las afirmaciones de Trump sobre su papel mediador, sin embargo, chocan con la versión oficial del gobierno indio. Aunque fue el mismo presidente norteamericano quien anunció el alto el fuego a través de su red social, el Ministerio de Asuntos Exteriores de la India y el primer ministro, Narendra Modi, han negado reiteradamente que hubiera ningún tipo de intervención externa en la resolución del conflicto con Pakistán. Fuentes oficiales indias insisten en que las conversaciones que condujeron a la desescalada fueron estrictamente bilaterales y que no contaron con la participación de ningún actor internacional.
Esta postura se alinea con la política histórica de la India de rechazar cualquier mediación externa en sus disputas con Pakistán, especialmente cuando se trata de la soberanía de Cachemira, una región en litigio desde la partición del Imperio Británico el año 1947. Nueva Delhi siempre ha defendido que cualquier solución tiene que pasar exclusivamente por negociaciones bilaterales con Islamabad, sin la injerencia de potencias extranjeras ni de organismos internacionales.