La Global Sumud Flotilla, la misión marítima internacional más ambiciosa organizada hasta ahora para denunciar el bloqueo en Gaza, ya navega delante de la costa tunecina. La expedición, que ha reunido decenas de activistas de todo el mundo, avanza por el Mediterráneo con el propósito de entregar ayuda humanitaria y hacer visible el apoyo internacional al pueblo palestino. A pesar de su llegada a Túnez, las embarcaciones que tenían que zarpar desde el puerto de Sidi Bou Said —situado a unos 20 kilómetros de Túnez— no saldrán hasta el próximo miércoles, después de haber aplazado por segunda vez su partida inicialmente prevista para este domingo. Los organizadores han atribuido este nuevo retraso a “problemas técnicos y logísticos”. Este domingo, desde Sicilia también se sumarán quince embarcaciones con cerca de doscientos voluntarios, que confluirán con el resto de la flotilla internacional, formada actualmente por quince barcos.

La expedición tunecina contará con figuras destacadas, como Mandla Mandela, nieto de Nelson Mandela, así como el periodista Yassine Gaidi, en representación del Sindicato Nacional de Periodistas Tunecinos, que ha subrayado que su presencia es “un mensaje para la libertad de expresión”. Estas personalidades se suman en las caras conocidas que ya hace una semana que están en alta mar, como la conocida activista Greta Thunberg, la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, o la actriz ganadora de un premio Óscar, Susan Sarandon. También viajan la diputada de la CUP en el Parlament de Catalunya, Pillar Castillejo, el concejal de ERC en Barcelona, Jordi Coronas, el secretario de Economía de la CUP, Adrià Plazas, y la coordinadora de Podemos Islas Baleares y concejala del Ayuntamiento de Palma, Lucía Muñoz.

Los problemas técnicos

La Global Sumud Flotilla zarpó de Barcelona el 31 de agosto con entre 20 y 30 embarcaciones y unos ochenta de participantes de 44 países. El mal tiempo frustró el inicio de la travesía y cinco barcos se vieron obligados a volver a puerto por seguridad, mientras que dos más ni siquiera pudieron dejar el muelle a causa de problemas mecánicos. El 1 de septiembre, con una mejora parcial de las condiciones meteorológicas, la flota reanudó la navegación, pero la primera noche en el mar fue complicada. Varios activistas sufrieron mareos y vómitos, y algunas embarcaciones pequeñas tuvieron que afrontar entradas de agua, fallos eléctricos y otras averías. Para hacer frente a estos contratiempos, la flotilla hizo una parada técnica en Menorca, donde reparó desperfectos y se reagrupó antes de continuar el viaje. Entre el 4 y el 5 de septiembre, parte del grupo reanudó la ruta hacia Túnez, mientras que el resto permaneció en la isla hasta que todas las naves estuvieran en condiciones de seguir navegando, con el objetivo de no dejar ninguna embarcación sola al mar.

Israel los tratará como “terroristas”

El ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, elevó el tono la semana pasada y endureció el trato para los integrantes de la Flotilla. El ministro, uno de los más beligerantes del ejecutivo de Netanyahu, presentó una propuesta ante el gobierno que implica catalogar de “terroristas” a los activistas que viajan a bordo de la Flotilla Global Sumud, descartando así que se puedan beneficiar de un “arresto suave” de pocas horas. El gobierno de Benjamin Netanyahu ya ha advertido en varias ocasiones que no tolera este tipo de incursiones.

Protección internacional

Por otra parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, garantizó el pasado fin de semana que la flotilla cuenta con “protección diplomática y consular” para los ciudadanos españoles que se han embarcado en esta misión humanitaria rumbo a Gaza para romper el bloqueo en Gaza. En una entrevista al Via Lliure de RAC1, Albares advirtió que el Gobierno no permitirá “nada que viole la legalidad internacional”.