El budismo tibetano se encuentra en momento crucial que puede marcar el futuro del budismo tibetano, que tiene más de 1.200 años de historia, y la existencia de la institución del dalái lama, a su líder espiritual, que se remonta a mediados del siglo XV. Los más altos representantes de las diferentes escuelas del budismo tibetano inician este miércoles en Dharamshala (India) una conferencia de tres días convocada por el dalái lama para abordar el futuro de su sucesión, en vísperas de su 90.º aniversario, que celebrará este domingo. Este cónclave en Dharamshala, ciudad donde vive el dalái lama en su exilio, se considera histórico, ya que es el primero que se celebra en seis años, con la presencia de más de un centenar de líderes budistas tibetanos, y donde está previsto que se discuta el futuro de la institución y se fije una hoja de ruta clara para la sucesión, en un contexto de incertidumbre y preocupación por la supervivencia de la identidad cultural y religiosa tibetana. Esta coyuntura está marcada por la avanzada edad del dalái lama, la ausencia de un procedimiento formalizado para su sucesión y la creciente presión de China para controlar el proceso de reencarnación del líder espiritual.

El dalái lama asegura la continuidad

La comunidad tibetana y los practicantes del budismo tibetano están definiendo los mecanismos para preservar su linaje espiritual y protegerlo de injerencias externas, asegurando así su continuidad en un contexto de grandes desafíos históricos. Los participantes en el cónclave son los "lamas" o "maestros", muchos de ellos "Rinpoches", consideradas reencarnaciones de eruditos del pasado. Como jefes de las principales escuelas y monasterios, conforman el cuerpo espiritual responsable de ejecutar el proceso de reencarnación. El dalái lama abordará su eventual sucesión como líder espiritual de los tibetanos con los lamas, pero este miércoles ha afirmado, en una declaración escrita que ha difundido su oficina, que tendrá un sucesor después de su muerte. "Afirmo que la institución del dalái lama continuará", ha señalado en el comunicado publicado, antes de recordar que ya en septiembre de 2011 afirmó que "las personas implicadas tienen que decidir si las reencarnaciones del dalái lama tienen que continuar en el futuro". También dije: 'Cuando tenga unos 90 años consultaré con los grandes lamas de las tradiciones del budismo tibetano, el público tibetano y otras personas implicadas que siguen el budismo tibetano para volver a evaluar si la institución del dalái lama tiene que continuar o no", ha resaltado, antes de indicar que "durante los últimos catorce años" ha recibido cartas pidiendo que la institución del dalái lama continúe. Después de confirmar que la institución continuará después de su muerte y que su sucesor será reconocido únicamente por su oficina en el exilio, siguiendo los procedimientos tradicionales y excluyendo cualquier injerencia externa, especialmente de China, ha puesto el acento que únicamente su oficina "tiene la autoridad de reconocer a la futura reencarnación. Nadie más tiene autoridad para interferir en este asunto".

China quiere interferir en la sucesión

Los budistas tibetanos creen que los monjes iluminados renacen para continuar su legado espiritual. El 14.º dalái lama cumplirá 90 años este domingo, y se espera que aproveche la ocasión para compartir pistas sobre donde podría encontrarse su sucesor, sea niño o niña, después de su muerte. Pekín, que considera al dalái lama un separatista desde su huida del Tíbet en 1959, ha declarado públicamente su intención de designar a su propio sucesor, lo cual amenaza la legitimidad y autonomía espiritual del budismo tibetano. El dalái lama ha respondido que su reencarnación nacerá fuera de China y ha instado a sus seguidores a rechazar cualquier candidato escogido por el Gobierno chino.

Cónclave de lamas por el 90 aniversario del dalái lama (EFE)

La pugna entre el gobierno chino y el budismo tibetano está marcando este momento histórico que puede marcar el futuro de la tradición budista tibetana. El Tíbet sigue bajo una presión constante por parte de China, que utiliza el budismo como herramienta de control e influencia, lo cual añade una dimensión geopolítica al desafío de la continuidad del budismo tibetano. El gobierno chino insiste en que solo él tiene derecho a escoger al próximo dalái lama, lo cual genera un enfrentamiento directo con la tradición tibetana y amenaza la legitimidad del proceso de reencarnación. China ha implementado regulaciones para controlar el reconocimiento de las reencarnaciones y utiliza el budismo como herramienta política, lo que pone en peligro la autonomía espiritual y cultural del Tíbet.

Una tradición de siglos

Las raíces del budismo tibetano se remontan a los siglos VII-VIII, cuando el budismo empezó a establecerse en el Tíbet, fusionándose con tradiciones locales como el Bön. Las primeras escuelas budistas tibetanas, como la Nyingma (siglo VIII), Kagyu (siglo IX) y Sakya (siglo XI), son anteriores a la fundación de la escuela Gelug, a la cual pertenece el dalái lama. La institución del dalái lama existe desde mediados del siglo XV. El primer dalái Lama reconocido ser Gendun Drup (1391-1474), líder de la escuela Gelug del budismo tibetano. No obstante, el título "dalái lama" empezó a utilizarse formalmente con el tercer líder de esta línea, Sonam Gyatso (1543-1588), quien recibió el título del líder mongol Altan Khan alrededor de 1571. Desde entonces, la institución ha continuado hasta el actual 14.º dalái lama, Tenzin Gyatso.

Símbolo de la lucha de la autonomía tibetana

El 10 de marzo de 1959, reventó una rebelión en Lhasa contra el dominio chino. El dalái lama huyó del Tíbet y se exilió en la India y desde entonces es símbolo de la lucha por la autonomía tibetana. En 1960 el dalái lama fundó un gobierno en Dharamsala (india), lo que encolerizó en Pekín. Este gobierno sigue siendo considerado ilegítimo por China. Años después, en 1989, el dalái lama recibió el Premio Nobel de la Paz. China lo condenó, acusándolo de promover el separatismo con un disfraz de pacifista. En 2009, en Lhasa, coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Pekín, China acusó al dalái lama de instigar disturbios al país. El líder espiritual negó cualquier implicación y pidió no usar la violencia. Aunque en 2011 el dalái Lama transfirió su autoridad política a un gobierno en el exilio democráticamente escogido, sigue siendo una figura central para los tibetanos en todo el mundo.

Un año de celebraciones

El cónclave coincide con la inauguración de un año de celebraciones por el 90.º aniversario del dalái lama, bajo el lema "Año de la Compasión", con ceremonias, programas culturales y tributos internacionales que subrayan su legado. Este periodo será crucial para definir el rumbo del Tíbet y la continuidad de su liderazgo espiritual. El lunes pasado se celebró una masiva ceremonia de ofrenda a su larga vida en el templo principal de McLeod Ganj, en el norte de la India. Entre los asistentes se encontraba el actor estadounidense Richard Gere, un conocido activista por la causa tibetana, a quien llevando un pañuelo blanco (khata), hizo una profunda reverencia ante el líder espiritual e intercambió unas breves palabras con él.