Hay situaciones que vivimos a nuestra vida que nos generan unos nervios impresionantes. Aquellas mariposas en el estómago. Una primera cita romántica es un claro ejemplo. ¿Qué me pongo para vestir? ¿Qué colonia? ¿A qué restaurante vamos? U otro clásico, ¿qué vino tomar cuando conozco a esta nueva persona en una primera cita? La sumiller de El Celler de La Gourmeteria, Carla Viladric, se pone manos a la obra sobre esta gran cuestión que nos permitirá encarar una quedada de este estilo con más tranquilidad y confianza.

Una harmonía y un punto extra que nos otorgarán un valor añadido para conquistar al chico o la chica que nos interesa y enamorarlo a través del paladar. Coge la libreta y el bolígrafo y dale play al vídeo.


Vinos para una primera cita romántica

¿Qué vino pedir cuándo conocemos por primera vez a una persona? Este es una de las grandes dudas. Llegamos al restaurante, nos sentamos en la mesa, pedimos un poco de agua y, al cabo de poco, nos traen la carta de vinos. Entramos en pánico. Ante este escenario, tenemos que intentar mantener la calma y el primer paso que tenemos que dar es preguntar a la persona que tenemos delante qué prefiere. Cuando tengamos esta base, abrimos la carta de vinos.

"Lo que yo os propongo y os animo a probar es el hecho de escoger vinos que no se sitúen dentro de nuestra zona de confort, sino que intentamos probar algo nuevo", asevera Viladric. El siguiente consejo va relacionado con el precio. No se tiene que coger el más barato ni tampoco el más caro. Ir hacia aquel vino más llamativo económicamente, puede aparentar unas intenciones de comprar a la otra persona que no serían de buen recibir para nadie. "Mi recomendación es coger un vino que se encuentre en medio, ya que el más caro no quiere decir que sea el mejor", confiesa al sumiller.

La seguridad en los vinos clásicos, los precios intermedios, regiones conocidas para romper el hielo o las recomendaciones de los sumilleres son algunos de los consejos a seguir en una primera cita

Una primera aproximación puede ser geográfica. Es decir, algún vino de alguna zona o región en la que tú o el acompañante hayáis estado recientemente. Eso puede derivar en un tema de conversación fácil y cómodo para iniciar entre los dos. Si no es el caso y nos seguimos viendo perdidos, podemos optar por el camino de aquello que siempre funciona y que es seguro. No pasa nada si es un clásico, mientras sea un vino del que hemos oído hablar. Por último, Carla Viladric insiste en recordar que a los comensales no les dé miedo dejarse recomendar por la figura de los sumilleres. "Nosotros estamos allí para ayudar, para acabar de complementar la experiencia".