¿Habéis oído alguna vez hablar de los 5 magníficos del Priorat? Un grupo de cinco jóvenes visionarios que, en los años 80, decidieron arriesgarse y apostar por hacer vino en el Priorat. Una zona olvidada, por su terreno abrupto, complicado, de pendientes imposibles y de suelo hostil, que ha acabado siendo una de las zonas más prestigiosas de elaboración de vino del mundo. René Barbier, Daphne Glorian, Álvaro Palacios, Josep Lluís Pérez y Carles Pastrana son cinco nombres que los profesionales del vino tenemos grabados en la mente. Si he conseguido despertaros la curiosidad y queréis profundizar más en esta historia, encontraréis un programa de Sense Ficció del año 2017 colgado a la plataforma 3Cat que os lo explica al detalle.
Hablar de los vinos más caros de Catalunya me ha traído directamente a esta conexión con los 5 magníficos, pues, la gran mayoría de los vinos catalanes de más precio, todos ellos tintos, se elaboran en el Priorat. Son vinos exclusivos y que se posicionan entre los mejores del mundo, tanto por su calidad como por la singularidad del territorio de la única Denominación de Origen Calificada de Catalunya —en todo el territorio español, encontramos una setentena de DO y solo dos tienen el sello extra de Calificada: Priorat y La Rioja.
Las razones por las que los vinos tienen un precio u otro sería para profundizarlo en otro artículo —o unos cuantos—, sin embargo, como en todos los sectores, me atrevería a decir que intervienen el posicionamiento de la marca, la exclusividad, la ley de la oferta y la demanda y la disponibilidad. Además, es muy significativo el prestigio de la zona en sí. Es decir, el Priorat ha conseguido un prestigio internacional que hace que, una hectárea, sea mucho más cara de adquirir que en cualquier otro lugar de Catalunya. Pasa lo mismo con la Borgoña o con algunas zonas de California. Es la magia del vino: las viñas tienen más o menos valor según dónde se encuentren, hecho que no pasa con el cereal o la cerveza, o no al menos con unas diferencias tan marcadas como es el caso de la viña.
La gran mayoría de los vinos catalanes de más precio, todos ellos tintos, se elaboran en el Priorat
También vemos cómo afecta el factor añada —las condiciones climáticas de aquel año—, ya que el precio de un mismo vino puede cambiar sustancialmente —triplicarse o incluso cuadruplicarse. Por descontado tienen que ser vinos de extrema calidad, pero no es el factor determinante de su precio. Lo que queda claro es que no todo el mundo va por la calle con un Louis Vuitton y no todo el mundo toma vinos que cuestan 1.000 euros. Un secreto: se puede disfrutar de muchas otras botellas igualmente. Dicho esto, os hago una pequeña descripción de estas joyas lujosas del panorama vitivinícola catalán.

La Ermita, de Álvaro Palacios, siempre se ha considerado el vino más caro de Catalunya. La añada 2021, con 100 puntos Parker, tiene un coste de 1.800 euros. Este vino es mayoritariamente garnacha tinta, que procede de una viña de solo 1,4 hectáreas, con unas viñas muy viejas que tienen entre 85 y 105 años. Algún año, sin embargo, Clos Erasmus de Daphne Glorian y de su bodega Clos i Terrasses también ha alcanzado los deseados 100 puntos Parker y ha superado en precio a la Ermita. Elaborado con garnacha tinta y syrah, la añada 2020 tiene un precio de 2.000 euros.
Detrás de estos dos vinos, siguen el 1902 Carinyena Centenària de Mas Doix (650 € la añada 2013), Les Aubeguetes, también de Álvaro Palacios (495 €) y los dos vinos del Mas de la Rosa, esta viña exclusiva compartida entre la Família Torres y Vall Llach, donde cada bodega elabora su propio vino, pero de nombre homónimo y que tienen un precio de entre 265 € y 395 €.
Dejamos el Priorat para hablar de otros vinos espléndidos que se elaboran en Catalunya: nos referimos a los espumosos, porque también tenemos referentes de larguísima crianza que compiten con los grandes nombres de la Champagne. Buenos ejemplos son la Enoteca Personal 1999 de Manuel Raventós, a unos 500 € la botella, o El Turó d'en Mota añada 2001, de Recaredo, a más de 600 €. Este tipo de espumosos solo se elaboran en condiciones climáticas óptimas, con producciones muy reducidas y que han tenido que permanecer muchos años dentro de la bodega hasta que finalmente han salido al mercado, hechos que justifican su precio elevado y su presencia en colecciones privadas. Finalmente, acabamos con una rareza. Hablamos de un vino rancio que tiene un precio de 135 € la botella. Volvemos a Porrera, en el Priorat y a la bodega Vall Llach, y a su vino Maria de Cal Vall Ranci.
Si el precio de estos vinos de nuestra casa os han sorprendido, podéis buscar en Google vinos como Romanee Conti, con un precio de más de 30.000 euros por botella, Chateau Petrus, más de 12.000 euros por botella de algunas añadas o un tal Penfolds Block 42 Kalima Cabernet Sauvignon 2004, con un coste de más de 100.000 euros por botella. ¿Y tú, cuál es el vino más caro que has tomado? ¡Os leemos!