El garbanzo de la Alta Anoia es un garbanzo pequeño, de piel muy lisa, que aumenta hasta tres veces su volumen durante la cocción, de sabor delicado y textura untuosa, nada harinosa. Su cultivo se basa en técnicas manuales; se planta a mano en época temprana (entre octubre y noviembre) o tardía (entre enero y marzo). Las plantas crecen fundamentalmente entre marzo y julio y la floración se produce en junio.
Durante agosto la planta madura y se seca. Entonces se cosechan las vainas manualmente. Una vez realizada toda la cosecha, se separan las semillas de las vainas a golpes de bastón y se aventan para separar los garbanzos de los restos de vainas. Finalmente, se recogen y se seleccionan manualmente para terminar el proceso de secado.
Es una especialidad local que durante muchas generaciones ha pasado de padres a hijos, consiguiendo una perfecta adaptación al medio y unas cualidades gastronómicas excepcionales. Su sabor es muy intenso y delicado y la textura es fundente y homogénea, nada harinosa y firme a la vez.
Por otro lado, dicen que la canana no tiene un sabor tan fino como el calamar, aunque yo pienso que es, incluso, más intenso. Pero hay que cocinarla bien, pues su carne es más dura. Por lo tanto, es más recomendable estofar la canana que cocinarla a la plancha, hacerla guisada será un éxito total, o hacer los típicos aros de calamar rebozados no tendrá precio.
No dejes de visitar las Cananas estofadas con patatas y cebolla o estos Calamares a la andaluza.
Hoy, te mostraré una auténtica maravilla de cocina tradicional, una mezcla de productos que no olvidarás fácilmente, un plato que te hará sentirte orgulloso/a.
¡Vamos!
- 1 kg de cananas (pota) limpias
- 400 g de garbanzos de la Alta Anoia cocidos
- 1 salsa marrón de sepia
- 1 cebolla cortada en juliana
- 1 copa de moscatel o vino dulce
- 1 cucharada de curri
- 1 cucharada de pimentón
- 1 cucharada de pimienta negra
- Perejil fresco
- Sal
Lava muy bien las cananas.
Córtalas en trozos y ponlas a dorar en una cazuela con un generoso chorro de aceite de oliva. No les pongas sal de momento.
Prepara la salsa marrón de la sepia en un bol.
Incorpora el pimentón.
También el curri.
Y pimienta negra.
Lo mezclas bien y se hará una pasta.
Verás cómo las cañas dejan ir agua. Déjalas cocer 30 minutos.
Ahora, incorpora el vino dulce y deja que se evapore el alcohol unos 10 minutos más de cocción.
Prepara los garbanzos.
Incorpora la pasta preparada.
Y la cebolla cortada en juliana. Dale un par de vueltas.
Tápalo y deja cocer 15-20 minutos más.
La cebolla se irá integrando.
Ahora incorpora a la cazuela los garbanzos ya cocidos y déjalo cocer todo junto unos 20 minutos más. Vigila que nunca falte líquido. Añade un poco de agua si es necesario.
Cuando la canana esté bien blanda, añade un poco de perejil picado a la cazuela y, ahora sí, salpimiéntalo.
Unos 5 minutos más y ya podrás apagar el fuego. Deja reposar el guiso un par de horas mínimo.
¡Y a disfrutar!
Una receta ideal para llevar en el táper.
¡Buen provecho!