Cuando llega el verano, las ganas de pasar horas en la cocina disminuyen y el cuerpo pide platos ligeros, hidratantes y llenos de sabor. Las recetas frías se convierten en las protagonistas de la temporada: cremas vegetales, ensaladas, gazpachos, ceviches. Todo aquello que no requiera encender el horno ni sudar delante de los fogones tiene un atractivo especial. Es el momento perfecto para aprovechar la creatividad culinaria y dar protagonismo a ingredientes frescos y de temporada. En este contexto, el calabacín es un auténtico tesoro. En verano lo encontramos en su mejor momento: tierno, con un sabor suave y una textura que permite utilizarlo tanto guisado como crudo.
Carpaccio de calabacín: la receta que refresca el verano
Su alto contenido en agua y el bajo valor calórico lo convierten en un aliado ideal para platos refrescantes y saludables. Además, es muy versátil y se puede combinar con una infinidad de ingredientes, desde quesos hasta frutos secos, cítricos o hierbas aromáticas. El carpaccio de calabacín es una de aquellas recetas que sorprende por su sencillez y elegancia. No solo es visualmente atractiva, sino que también conserva todas las propiedades nutricionales del calabacín crudo. Esta versión con queso fresco y vinagreta de limón es perfecta para empezar una comida veraniega o incluso para servir como plato único ligero.
Para preparar este plato necesitas tener en casa el siguiente listado de ingredientes:
- 2 calabacines tiernos
- 100 g de queso fresco (de cabra o de vaca, al gusto)
- Zumo de medio limón
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta negra recién molida
- Hojas de menta o albahaca fresca para decorar
- Frutos secos picados (nuevos o almendras) para dar textura
Empieza lavando bien los calabacines, ya que los utilizaremos con la piel para aprovechar todas las propiedades y el color. Con la ayuda de una mandolina o un pelador de verduras, corta láminas muy finas de calabacín, casi transparentes. Dispone las láminas en un plato llano grande, formando una capa uniforme y ligeramente superpuesta. En un bol pequeño, prepara la vinagreta mezclando el zumo de limón con el aceite de oliva virgen extra, un poco de sal y un toque generoso de pimienta negra. Remueve bien hasta que emulsione. A continuación, reparte el queso fresco desmenuzado por encima del calabacín, añade los frutos secos picados y riégalo todo con la vinagreta. Finalmente, decora con hojas frescas de menta o albahaca para potenciar el frescor del plato. Sirve inmediatamente, aunque también se puede dejar descansar unos minutos en la nevera para que las láminas de calabacín se ablanden ligeramente con el zumo de limón.
El protagonismo del calabacín en verano
Este carpaccio es solo una de las muchas opciones para disfrutar del calabacín en crudo o ligeramente guisado. También lo puedes incorporar a ensaladas con tomate y mozzarella, en cremas frías con pepino, o marinarlo con aceite y hierbas para servir como aperitivo. Con respecto a sus propiedades, el calabacín destaca por su alto contenido en agua (más del 90%), cosa que ayuda a mantenernos hidratados, y es rico en fibra, vitaminas A y C, y minerales como el potasio. Es bajo en calorías, fácil de digerir y ayuda a cuidar la salud digestiva y cardiovascular. Además, su suavidad de sabor lo convierte en un ingrediente ideal para recetas frescas y creativas que alegran cualquier mesa de verano.