Ya no es ninguna novedad, si hablamos de cocina con ciertos valores, mencionar que la carta cambia varias veces al año según el producto de temporada. Así, muchos chefs nos permiten disfrutar de la temporada de setas, de los guisantes, de la escudella o del gazpacho. ¿Ahora bien, no es todo un reto cambiar el menú cada semana? No hablo de los platos fuera de carta. Me refiero a ofrecer un menú que no caiga en repeticiones o platos de sabor inocuo (con productos congelados, érase una vez la trampa de algunos cambios) y que traiga lo mejor del mercado. Todo eso cocinándolo a fuego lento y con toques de autor. Aquí 5 platos de uno de los restaurantes con uno de los interiorismos más atractivos de Barcelona, un invernadero de 150 m² con árboles y plantas de más de 3 metros.

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Interior del restaurante del hotel Pulitzer en Barcelona / Foto: Hotel Pulitzer

1. Canelón de calamar a la parmesana

No nos confundamos, por mucho que hablemos de un canelón, no está hecho de pasta. En este caso es de queso y relleno de calamar. Seguro que muchos habéis probado el calamar en el ajo con parmesano o, si sois fans de la comida asiática y de fusión, el dumpling de calamar, con una nube de parmesano encima. El canelón de The Greenhouse resalta también la miscelánea idónea entre la tinta del calamar y el sabor intenso, salado y con un toque de nueces del Parmiggiano-Reggiano. Un plato que pueden degustar incluso los alérgicos a la lactosa, ya que este tipo de queso con un largo proceso de curación no lleva. Con todo, este canelón es una pirueta culinaria para entrar en materia.

2) Escudella mezclada: pilota, galets y garbanzos

¿A cuántos de nosotros este plato tradicional nos encanta, pero siempre nos da pereza hacerlo en casa? El problema es que a menudo cuando lo pedimos en un restaurante acabamos pensando que nosotros lo hacemos mejor. ¡Y ya no digamos nuestra abuela! La escudella que ofrecen en el Hotel Pulitzer está muy bien equilibrada. No es de sabores intensos, para no hartar, pero la ración es considerable y se nota que es fruto de horas de indispensable chup-chup.

Escudilla, pelota y garbanzos / Foto: Hotel Pulitzer
Escudella de pilota, galets y garbanzos / Foto: Hotel Pulitzer

3. Canelón de espinacas y queso con bechamel trufada

Ahora sí. Manos en la masa. Canelones de semolina, harina de trigo más grueso que el habitual y que ofrece un resultado de gran calidad. Es a partir de ella que en Italia hablan de pasta artesana. Rellenados de espinacas y cubiertos con bechamel con el extraordinario toque que a prácticamente todo aporta la trufa. De nuevo, la ración es abundante, a pesar de tratarse de un primer plato.

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Canelones de espinacas / Foto: Hotel Pulitzer

4. Cochinillo con yuca 'a bras' y puré de cebolla

En la cocina de The Greenhouse se habla italiano pero también brasileño. Es precisamente creación del chef latinoamericano este plato que sorprende. Al pedirlo recordaba mi receta preferida de bacalao: a bras, típico de la Semana Santa portuguesa, con el pescado perfectamente mezclado con patata paja y huevo, creación, según la leyenda, de un cocinero de un restaurante del Bairro Alto lisboeta, de apellido Bras, para aprovechar el bacalao a la plancha que siempre le sobraba. Pues no, en este caso la yuca, un tubérculo menos consistente que la patata, ha sido cortada en bloque y asada al horno. Para mi sorpresa, es la versión con la cual también se come el bacalao en algunas regiones del Brasil. En este caso, sin embargo, es el acompañante de uno redondo de cochinillo con su jugo y un puré de cebolla y verduras que, en caso de que no podáis comer ni leche ni mantequilla, os lo preparan sin y al momento.

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Cochinillo con yuca a bras / Foto: Hotel Pulitzer

5. Pastel de queso de Marc

Para los amantes de los quesos, siempre veo que la carta de postres se reduce a una sola opción. Ni tatin, ni tarta de Santiago, ni un pastel de chocolate o un surtido de turrones, ahora que es la época. El pastel de queso centra todas las atenciones y dejémonos de florituras de mermeladas o toques cítricos. Consistente y meloso a la vez, con una crujiente base de galleta y si puede ser en una porción que no nos deje con el sabor en la boca. Así es el pastel de queso de The Greenhouse: clásico e irresistible.

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Pastel de queso tradicional / Foto: Hotel Pulitzer

El restaurante del hotel Pulitzer puede presumir de diseño de Interiores y de carta con una óptima relación calidad/precio. Uno oasis urbano en el que cada semana nos tientan con nuevas creaciones.