A menudo, los mejores restaurantes para tomar un buen desayuno de tenedor están en los lugares más recónditos. Y si hay un tipo de restaurante donde sabes que comerás bien son los locales de carretera. En el Segrià hay unos cuantos que son míticos; pero también hay otros desconocidos que esconden una cocina deliciosa. Es el caso del restaurante Cram, donde una joven cocinera de Almatret ofrece platos de auténtico escándalo para disfrutar del mejor producto de proximidad.
Un desayuno de tenedor en este restaurante de carretera
El restaurante Cram es un restaurante de carretera ubicado en la C-12, a la altura de Maials, al sur de la comarca del Segrià. Se trata de la vía que conecta Lleida y las comarcas de Ponent con el interior de las Terres de l'Ebre. Una vía que, por lo tanto, es bastante frecuentada por la gente que vive y trabaja en estos territorios. Abierto en 2020, lo regenta Marite, empresaria del sector de la restauración desde hace años. En la cocina encontramos a Judit Jové, una joven de Almatret con mucho talento que ha participado en concursos de prestigio, como el campeonato de jóvenes cocineros Àngel Moncusí, los años 2022, 2023 y 2024. Un concurso que han ganado chefs de renombre nacional como Àngel Esteve, del restaurante Sisè.
Su especialidad es la cocina casera tradicional y de mercado, siempre con un toque personal. Una cocina que en el restaurante Cram se puede degustar en forma de menú diario, pero también de desayunos de tenedor
Judit es autodidacta y ha trabajado en cocinas de otros puntos del Estado, como Menorca, donde descubrió su pasión por la cocina. Su especialidad es la cocina casera tradicional y de mercado, siempre con un toque personal. Una cocina que en el restaurante Cram se puede degustar en forma de menú diario, pero también de desayunos de tenedor. Además, de vez en cuando, ofrecen menús gourmet con maridaje de vinos. El restaurante es amplio, se divide en varios espacios y cuenta con un parking grande.
Los platos que pruebo hoy siguen la filosofía de cocina a fuego lento y producto de proximidad. Empezamos con un carpaccio de pies de cerdo, un plato fino que sirve para abrir boca. Seguimos con la oreja a la brasa, una auténtica delicia para seguir rindiendo homenaje al producto porcino, muy típico de las tierras de Lleida.
No podía faltar una de las especialidades de cualquier desayuno de tenedor: los callos. Aquí se sirven con una piparra que les aporta un contrapunto picante y refrescante.
Terminamos con los platos salados con una cola de buey al chocolate que es un auténtico espectáculo; un plato de esos de lagrimita ideal para mojar pan.
Y, como no podía ser de otra manera, un buen plato de postre para cerrar la comida. Hoy, una torrija de Santa Teresa con nata y chocolate. Un plato típico y perfecto para poner punto final al desayno.