La cocina tradicional está llena de platos que despiertan pasión, y entre ellos, las croquetas ocupan un lugar especial. Son ese bocado cremoso y crujiente que evoca recuerdos familiares y que, bien hecho, se convierte en un auténtico manjar. Sin embargo, muchas personas siguen teniendo un problema recurrente: que se rompan al freírlas. Es ahí donde entra en juego Karlos Arguiñano, un referente de la gastronomía española que defiende con entusiasmo las croquetas caseras frente a las industriales. En uno de sus programas recientes, compartió un truco simple, pero esencial para que este plato salga perfecto y no termine deshaciéndose en el aceite.
Karlos Arguiñano explica cómo freír las croquetas y que no se rompan
Todo comenzó con una receta de rabo de toro, cuya preparación le inspiró para reutilizar las sobras y crear un nuevo plato. Primero propuso convertirlas en empanadillas, pero más adelante decidió dar un paso más y emplearlas como relleno para unas sabrosas croquetas. En ese proceso volvió a dejar claro que no hay sustituto para una buena bechamel casera y un guiso hecho con mimo. Sin embargo, lo realmente revelador llegó al final del programa, cuando explicó cómo freír las croquetas sin que se rompan en el intento, algo que ha compartido también en sus redes sociales y que aplica a cualquier versión de este plato, sin importar el relleno.

El truco, según Arguiñano, no está en ingredientes secretos, sino en el modo de freírlas. La clave es usar aceite abundante y caliente, de forma que las croquetas queden completamente cubiertas durante todo el proceso. Este detalle es fundamental para que no se abran por la diferencia de temperatura o por contacto con el fondo de la sartén. Además, recomienda no sobrecargar la sartén: colocar solo unas pocas piezas a la vez y mover la sartén suavemente para que el aceite caliente las rodee por completo y la cocción sea uniforme.
Una de sus claves es que las croquetas queden completamente cubiertas en aceite

Arguiñano utiliza aceite de oliva suave, que aguanta bien el calor sin deteriorarse rápidamente. Aunque también se puede emplear virgen extra, es importante tener en cuenta que este tipo de aceite tiene un punto de humo más bajo, por lo que se debe vigilar bien la temperatura. Una vez terminado el proceso de fritura, él aconseja colar el aceite para poder reutilizarlo en otra tanda, lo que permite aprovecharlo sin perder calidad. Gracias a este sencillo consejo, tus croquetas caseras dejarán de romperse y quedarán crujientes y doradas, justo como deben ser. Freírlas sin miedo y con buena técnica es el verdadero secreto del éxito. Y, como dice el propio Arguiñano, “rico, rico y con fundamento”.