En cualquier ciudad del mundo, desde París hasta Barcelona, hay un tipo de restaurante que todos hemos pisado alguna vez sin querer: los llamados “restaurantes de guiris”. Esos locales diseñados para atraer al turista despistado, con cartas llenas de fotos, menús plastificados y platos que intentan contentar a todo el mundo sin destacar en nada. Algunos son fáciles de identificar, si ves un cartel de Paellador o de “typical Spanish food” en la puerta, sal corriendo, pero otros son auténticos maestros del disfraz. Pueden parecer locales tradicionales, con manteles de cuadros y olor a ajo frito, pero en realidad esconden una oferta gastronómica de bajo nivel a precios desorbitados.

El truco para identificar un restaurante de 'guiris'

Según Michael Ellis, antiguo director de la Guía Michelin en Francia, hay un par de trucos infalibles para descubrir si un restaurante es auténtico o simplemente una trampa para turistas. En una entrevista reciente, el experto recomendaba mirar la carta con atención: un restaurante local de verdad suele incluir platos regionales cocinados a fuego lento, como guisos, asados o recetas tradicionales con caldos y salsas elaboradas. Son preparaciones que requieren tiempo, técnica y oficio, y eso se nota. En cambio, si la carta está llena de hamburguesas, ensaladas genéricas o filetes empanados, probablemente no estés ante una joya de la gastronomía local, sino ante un negocio pensado para servir rápido y vender mucho.

Restaurantes para 'guiris' / Foto: Unsplash
Restaurantes para 'guiris' / Foto: Unsplash

La verdadera cocina tradicional se adapta al mercado, cambia según la temporada y aprovecha los productos frescos del día

Ellis subraya algo muy importante: un buen plato casero no se improvisa, y si un restaurante presume de cocina “casera” pero ofrece una carta eterna y plastificada, desconfía. La verdadera cocina tradicional se adapta al mercado, cambia según la temporada y aprovecha los productos frescos del día. Por eso, el exdirector de la Guía Michelin propone un truco muy simple pero revelador: fijarse en si el restaurante tiene una pizarra con el menú o la sugerencia del día. Cuando un local escribe a diario sus platos en una pizarra, ya sea en la puerta o dentro del comedor, es señal de que su cocina está viva, que trabajan con producto fresco y cocinan a diario.

Restaurante internacional / Foto: Unsplash
Restaurante internacional / Foto: Unsplash

En cambio, los restaurantes con cartas fijas, llenas de opciones internacionales y traducidas en cinco idiomas suelen apostar por lo fácil: productos congelados, salsas industriales y platos de quinta gama que solo buscan satisfacer al turista que no volverá. Un local que cambia su menú con frecuencia, en cambio, indica que hay un cocinero detrás que se adapta, crea y se preocupa por ofrecer calidad.

Ellis concluye con un consejo que vale oro: “Busca los guisos, busca la pizarra y huye de los menús plastificados”. No todos los grandes restaurantes están en la Guía Michelin, pero los mejores suelen compartir algo esencial: amor por la cocina real y respeto por el producto. Y eso, a simple vista, se nota más de lo que parece.