La paella no es solo un plato, es una institución valenciana, un símbolo cultural que va mucho más allá del arroz, el fuego y la cazuela. Para un valenciano, comer paella no es simplemente “almorzar”, sino participar en una liturgia gastronómica llena de normas, rituales y costumbres que se respetan casi con devoción. Y aunque cada familia tiene su toque particular, hay un conjunto de reglas no escritas que todo amante del arroz debería conocer antes de acercarse a una auténtica paella valenciana. Porque sí, hay formas correctas, y también terribles de prepararla, servirla y comerla. Y, sobre todo, hay una receta que los valencianos no soportan que se llame “paella”.
Las 15 normas básicas para comer paella como un valenciano
En primer lugar, la paella se come a mediodía, nunca de noche. Es un plato pensado para el sol, el campo y el fuego de leña, no para la cena ni para improvisar entre semana. Además, se cocina al aire libre, preferiblemente con fuego de naranjo, porque aporta un aroma ahumado que ningún gas ni vitrocerámica puede igualar. Y por supuesto, la paella no se comparte en platos: se come directamente del recipiente, cada comensal desde su “cuadrante”, con cuchara y sin invadir el territorio ajeno. Eso sí, nada de remover el arroz ni mezclar los ingredientes como si fuera un risotto; cada grano debe mantenerse suelto, con su punto exacto y ese socarrat que cruje ligeramente en el fondo.

Otro mandamiento sagrado es no añadir ingredientes que no pertenecen a la receta original. Una paella valenciana auténtica lleva pollo, conejo, garrofó, judía verde, tomate, aceite, agua, sal, azafrán y arroz. Nada más. Ni cebolla, ni chorizo, ni marisco, ni guisantes congelados. Cualquier otra cosa será, con suerte, “arroz con cosas”, pero nunca paella. De hecho, pocos temas levantan tantas pasiones en la Comunitat Valenciana, como ver a un cocinero extranjero, o a un chef famoso, presentando una “paella de marisco” o, peor aún, una “paella con chorizo”. Ese es el mayor sacrilegio que puede cometerse en nombre de la gastronomía española, y basta con mirar las redes sociales cada vez que ocurre para ver la indignación colectiva que provoca.
Todo lo que se salga de los ingredientes de la auténtica paella, será "arroz con cosas"
A la hora de comer, hay otras 15 normas básicas que todo visitante debería respetar: no se sirve con pan, no se acompaña con limón (a menos que el cocinero lo autorice), no se mezcla con alioli, y no se riega con vino tinto, sino con cerveza o vino blanco. Tampoco se repite directamente del centro sin preguntar, ni se deja el arroz reposar demasiado tiempo antes de comerlo. La paella es un plato para disfrutar en grupo, sin prisas y con respeto.

Y si hay algo que distingue a un verdadero valenciano es que nunca llamará “paella” a una mezcla improvisada de arroz con marisco o verduras. La paella valenciana es una receta con historia, con identidad y con orgullo. Llamar “paella” a cualquier otra versión no solo confunde, sino que le quita valor a una tradición centenaria. Así que, antes de subir tu creación a Instagram, asegúrate de saber lo que tienes delante: puede que sea un arroz delicioso, pero no será una paella valenciana.