¿Cuál es el límite? ¿De hecho, cuáles son los mínimos? Ir a cenar a un restaurante bueno, de categoría, de un nivel lujoso supone muchas más cosas más allá de una simple comida. Es toda una experiencia cuidada al detalle para que el comensal se sienta a gusto y se justifique el precio que paga. Para cada uno, sin embargo, estos límites son diferentes e, incluso, aquello que gusta a uno, le supongo un rechazo enorme al otro. La cocinera Maria Nicolau ha encendido las redes sociales con un tuit marcando una línea roja gruesa cuando va a restaurantes de nivel.

Maria Nicolau enciende las redes con la última polémica en los restaurantes

En esta ocasión, ha situado en el punto de mira los restaurantes en los cuales se paga a 60 € el cubierto. Según su opinión, cuando comes en un restaurante con este nivel adquisitivo hay un límite que no pueden cruzar los propietarios de estos negocios. “No me da la gana aceptar que en un restaurante de 60 € el cubierto me pongan servilleta de papel”, ha escrito en su cuenta de la red X. Con más de 70.000 impresiones, los usuarios se han puesto a su lado, confirmando esta tendencia y afirmando que es una condición que viene cogida de la mano cuando pagas este precio por persona.

Servilletas de papel o servilletas de tela, esta es la cuestión / Foto: Carlos Baglietto

No obstante, algunas respuestas han contradicho la versión de esta cocinera residente en Vilanova de Sau, que siempre se moja sobre todas las polémicas y dice la suya. “Es mucho más higiénico”, le respondía un internauta. “No hay ninguna evidencia ni registro oficial conocido de intoxicaciones alimentarias provocadas por servilletas de ropa”, contestaba Nicolau. Ella parte de las bases de datos sanitarios oficiales, informes de la OMS y agencias de seguridad alimentaria como el EFSA (Europa), la FDA (Estados Unidos) o la AESAN (España) y se protege en el hecho de que estos organismos no recogen ningún caso de enfermedad o defunción provocadas por estos tipos de servilletas.

Otra cuenta participa con el mismo tono: “A mí, me dan asco las servilletas de ropa en los restaurantes, siempre pienso quién se habrá fregado los morros aquí. Es como alguien te deje unas bragas limpias, pero utilizadas”, exclama. Un comentario que cortaba de cuajo la autora de ¡Quemo!, afirmando que es la misma situación que ocurre con “los tenedores, las cucharas, los platos, los vasos, las copas, las tacitas pequeñas de café y la taza grande del inodoro. Salir de casa, quieras que no, siempre es un pequeño acto de fe”.

De hecho, en hostelería, la ropa de mesa se lava además de 60 °C con detergentes y desinfectantes profesionales. Este tratamiento elimina virus, bacterias y residuos de manera mucho más rigurosa que el lavado doméstico. “La supuesta superioridad higiénica de la servilleta de papel no se basa en evidencias empíricas sólidas, sino en una lógica de un solo uso que se ha convertido en dogma. Es una higiene de percepción, no de pruebas”, concluye la cocinera.