El aguacate lo tiene todo: está de moda, es delicioso, nutritivo… y carísimo. Por eso, cada vez más personas buscan cómo conservarlo mejor y aprovechar hasta el último gramo. No es para menos: un aguacate maduro puede costar más de dos euros y puede echarse a perder antes de que pestañees. Se oxida rápido, cambia de textura y pasa de perfecto a incomible en cuestión de horas. Por eso, una de las búsquedas más comunes por los amantes de los aguacates no es tanto recetas nuevas como el saber cómo lograr conservarlos, sobre todo una vez abierto.

El error común con el aguacate que puede favorecer la aparición de bacterias

Entre los muchos trucos que circulan en redes, uno se ha vuelto especialmente popular: guardar el aguacate en un tarro con agua para que no se ponga marrón. Pero atención: esta práctica, aunque visualmente efectiva, puede convertirse en un auténtico riesgo sanitario.

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Medio aguacate y su hueso / Foto: Unsplash

La técnica es sencilla: cortas el aguacate, lo metes en un tarro lleno de agua y lo dejas en la nevera. Así, en teoría, se mantiene fresco y verde más tiempo. Pero según Montse Meléndez, ingeniera de alimentos, esta costumbre puede favorecer el desarrollo de bacterias peligrosas como Listeria monocytogenes o salmonela. ¿Por qué? Porque el agua estancada combinada con la pulpa del aguacate crea un entorno húmedo donde las bacterias pueden crecer y desarrollarse a sus anchas. Y si luego consumes el aguacate en crudo, como casi siempre, el riesgo se multiplica. Así, con este truco, logramos que la apariencia de la fruta sea perfecta, pero añadimos un peligro considerable.

Sí hay solución

Descartado este truco que se hizo tan viral, no hay que tirar por tierra todos. Los hay cuyo resultado es tanto estético como salubre. Aquí van algunas aprobadas por expertos como, por ejemplo, deja el hecho de dejar el hueso: si solo usas una mitad, deja el hueso en la otra. Ayuda a que se oxide menos. Hay que tener en cuenta la opción del recipiente hermético: guárdalo en un táper, bien cerrado, preferiblemente con film tocando la pulpa. También puedes recurrir a un chorrito de limón o lima: su acidez retrasa la oxidación y no altera apenas el sabor. Este es el conservante más utilizado. Finalmente, congela: si ves que no vas a consumirlo pronto, hazlo puré con unas gotas de limón y congélalo.

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Tostada con aguacate / Foto: Freepik

Si ya no te fías de nada, mejor aprovecharlo entero. Después de tanta polémica, lo mejor es no dejar nada en el tintero ni en la nevera. Si te ha sobrado medio aguacate y prefieres no jugártela, aquí van algunas ideas rápidas para usarlo en el momento. Con una tostada exprés: machácalo con un poco de aceite de oliva, sal y unas gotas de limón. Añade huevo cocido, sardinas o tomate, y tienes un almuerzo o cena de lujo. Puedes hacer un mini guacamole: con media lima, sal y un poco de cebolla o tomate picado. Ideal para untar o acompañar nachos.

Pero la creatividad no cesa y hay más ideas para aburrir. En lugar de comerlo directamente, haz una salsa cremosa: tritúralo con yogur natural, ajo y un toque de comino. Va genial con ensaladas o como dip. Aliño de ensalada: mezcla el aguacate con vinagre, limón, aceite y una pizca de mostaza. Agita bien y listo. Directo a la pasta: hazlo puré, añade ajo, albahaca o menta y un chorrito de aceite. Mézclalo con espaguetis y tendrás una crema verde espectacular. A veces, la mejor conservación es no guardar nada. ¡Qué aproveche!