"No es verano hasta que el Carlos Cuevas de la CUP no cuelga sus vídeos". Es uno de los muchos comentarios en redes sociales reaccionado a un vídeo compartido por el perfil d'X de la CUP Comarques Gerundenses. Este 2025, como ya pasó en el 2024, desde el partido han publicado una serie de vídeos protagonizados por un joven alcalde del partido, de Cervià de Ter, Guillem Surroca, nacido en 1998 y a quien han encontrado un parecido con el actor de Montcada i Reixac. Si bien él -que hasta julio pasado era un desconocido en política catalana más allá de su zona- es la cara más visible de estos clips que acumulan centenares de miles de reproducciones en las redes esta temporada estival, detrás suyo también está el concejal en Llagostera, Jordi Casas. Tras un ciclo político muy complicado para la CUP, perdiendo buena part de su representación en las instituciones, que se viralizen vídeos donde aparece un chico comiendose un helado mientras explica las propuestas de su partido, generando debate e interacciones mientras en las redes triunfan los discursos de Vox, es notícia. 

Los dos, como alcalde y concejal, son los representantes del partido en la Diputació de Girona y nos hemos citado un mediodía de agosto en plena ola de calor en este edificio, situado en el Barri Vell de la ciudad, a pocos metros del Ajuntament, donde gobierna Lluc Salellas al frente de Guanyem. La Diputació está casi desierta con buena parte de los representantes públicos de vacaciones. Durante la conversación, analizamos el impacto de los vídeos del partido, que tiene actualmente 4 diputados en el Parlamento (uno por Girona) y ha perdido a su líder en la cámara, Laia Estrada, pordesavenencias políticas a raíz de los pactos con el PSC, tras el Procés de Garbí. Pero también las propuestas de los anticapitalistas ante las grandes problemáticas que tiene, para ellos, el país. Así, ponen el foco en el turismo, mientras ya han denunciado más de 300 viviendas turísticas ilegales; el modelo económico, reclamando un salario mínimo catalán; y la difícil situación de la lengua, proponiendo que los trabajadores de cara al público tengan que acreditar, como mínimo, un B1 de catalán. Al acabar la entrevista, Surroca se marcha para gravar el último vídeo de la temporada con el objetivo de volver el año próximo.

CUP GERONA JORDI CASAS GUILLAMOS SURROCA / Foto: Montse Giralt
Guillem Surroca y Jordi Casas, en el patio de la Diputació de Girona / Foto: Montse Giralt

Los vídeos que colgáis en redes tienen mucha más repercusión que cualquier clip de un diputado de la CUP en el Parlament. ¿De dónde surge la idea y cuál es el objetivo?
Guillem Surroca: La idea, más que nada, viene de una estrategia de partido, de organización. Nos parecía muy importante y esencial poner un pie en el mundo de las redes sociales y tener mucha más presencia. La estrategia se basa en un mensaje mucho más claro, más sencillo y directo, con unos pilares muy concretos para que lleguen a la gente. La cuestión del turismo ha sido la que ha tenido más repercusión, pero también tocamos temas de vivienda o de lengua, por ejemplo.
Jordi Casas: Al final, no decimos nada nuevo, sino lo que la CUP ha dicho siempre, pero seguramente priorizando las temáticas y siendo más concretos. Esta vía funciona mejor que la comunicación política a la cual estábamos acostumbrados, con un discurso más pesado y complejo que llegaba menos a la gente.
GS: Son temas muy candentes, a la gente les interesa, como podemos ver con las visualizaciones o los comentarios. Si no fueran temas de actualidad y urgentes no habría esta repercusión.

No decimos nada nuevo, sino lo que la CUP ha dicho siempre, pero priorizando temáticas y siendo más concretos

¿Continuaréis con los vídeos durante el curso político?
JC:
Esta serie, en principio ya está. Seguro que la cuestión del modelo productivo la seguiremos tocando, porque entronca todos los sectores: lengua, vivienda, defensa del territorio...

¿A quién van dirigidos los vídeos? ¿A los votantes de la CUP?
JC: Tenemos que ir mucho más allá. Si consideramos que ha sido un éxito es porque entendemos que se rompen muchas barreras. Hablar para la misma parroquia es más fácil, pero no es lo más productivo y no tendrías la misma repercusión. El público diana es el pueblo trabajador catalán. Es a quien nos tenemos que dirigir y también el marco en que tenemos que disputar otros discursos, algunos muy peligrosos.
GS: Tenemos que ir más allá del círculo del partido, que también es importante. Obviamente, como partido, tienes que explicar los problemas sociales que tiene la mayoría de la gente y poner soluciones sobre la mesa. Diría que es lo que estamos haciendo. A veces me encuentro con gente del pueblo, familia o amigos a quienes han enviado los vídeos con comentarios positivos diciendo "ostras, este chico..." o que se sienten interpelados con lo que decimos.

CUP GERONA JORDI CASAS GUILLAMOS SURROCA / Foto: Montse Giralt
Guillem Surroca y Jordi Casas / Foto: Montse Giralt

Antes habéis hecho referencia al lenguaje. ¿Ha sido un error de la CUP utilizar un lenguaje poco comprensible para la gente?
GS:
Se tiene que valorar mucho el trabajo hecho con el Procés de Garbí. Uno de los puntos que se tocó fue el del lenguaje, el hecho de que se habían utilizado demasiados tecnicismos o un vocabulario demasiado complejo que quizás se entendia pero no interpelaba a una gran capa de la sociedad. Creo que sí que se han hecho los cambios y las propuestas necesarias para reconducir el lenguaje y la manera de comunicar.
JC: Está la estrategia política de centrarnos en cuestiones prioritarias y darles más peso y después la cuestión comunicativa. Eso tiene que ver con el formato pero también con el vocabulario, utilizar unos conceptos u otros... Podríamos creer que la CUP ha tenido un problema importante a la hora de llegar a la gente. La sensación desde dentro es, por ejemplo, que se hace una brutalidad de trabajo en el Parlament, con cuatro diputados y el esfuerzo de los militantes, pero que no llega. Creo que hay muy buen trabajo que no ha trascendido. En las redes, por ejemplo, un comentario muy recurrente es sobre el escándalo de la DGAIA, se nos reprocha que no digamos nada. En el 2018, la CUP, a nivel parlamentario en solitario, consiguió la dimisión del director general de la DGAIA, Ricard Calvo. Allí empezaba un revuelo que se ha ido intensificando y que ya veremos como acaba, con las investigaciones de Antifrau y las Sindicatures. Además, nuestra diputada, Pilar Castillejo, está muy encima. Parece que aquello que trasciende es un patinazo, una polémica que en realidad es una anécdota, mientras que el trabajo de hormiga que es importante y tiene valor queda invisibilizado.
GS: Me parece relevante que la CUP, a diferencia de los partidos políticos, cuando entró en el Parlament ya se vio un cambio en la comunicación política. La gente recuerda nuestros vídeos de campaña. Quizás es una cuestión más de relato, que seguro que también tiene una parte de razón.

La sensación es que la CUP hace una brutalidad de trabajo y que después esta no llega a la gente

¿Tenéis miedo de que con esta simplificación del lenguaje también se simplifique el discurso?
JC: Es un riesgo que se debe tener en cuenta. Tenemos que hacer mensajes muy cortos, de 20 segundos para mantener la atención de la gente y después poder avanzar hacia la profundidad. Tal vez a aquella persona a quién le llama la atención un vídeo después se acabe leyendo un artículo o mirando el programa electoral. Pero es evidente que en general vayamos hacia una dirección preocupante, todo tiene que ser tan corto, sencillo, sintético, que perdemos profundidad.
GS: Ya diría, sin embargo, que en los vídeos el inicio sí que son más directos para captar la atención, pero tienen mucho contenido. Si te terminas el vídeo has entendido el argumento.
JC: Es más la forma, que un chico te lo explique bañando los pies en la playa pero que te está dando datos. Hay un trabajo y un rigor, aprovechamos los segundos.

CUP GERONA JORDI CASAS GUILLAMOS SURROCA / Foto: Montse Giralt
Guillem Surroca y Jordi Casas en la sala de plenos de la Diputació de Girona / Foto: Montse Giralt

Una de vuestras frases estrella es que no queréis que Catalunya sea un "país de cerdos y de turistas". ¿Cómo definiréis la Catalunya que sí que queréis?
JC:
La Catalunya de su gente y para su gente. A Guillem, por ejemplo, le han recriminado en las redes que se marchara a hacer de turista. ¿Estamos en contra del turismo, es una cuestión moral, estamos en contra de la gente que viene a conocer a la gente? No es eso. Siempre será un sector importantísimo en Catalunya y no hay ningún problema. La cuestión es qué nos interesa como país y clase trabajadora? ¿Seguir con una dinámica donde el turismo y el sector servicios van tomando más fuerza y nos vamos desindustrializando todavía más, con el campesinado y el sector primario ahogados pero potenciando un modelo agroalimentario de explotación en qué unas poquísimas manos hace mucho dinero explotando trabajadores y contaminando acuíferos? No, no nos interesa. La alternativa pasar por planificar y trazar una economía al servicio de la mayoría trabajadora de este país.
GS: Es un replanteamiento, pensar seriamente la Catalunya del futuro, planificar la economía. No puede ser que no haya ningún tipo de planificación ni de visión de futuro, de camino a seguir para que en nuestra nación haya un equilibrio económico y unas mejores condiciones laborales.

La CUP ha rechazado macroproyectos como la ampliación del aeropuerto, el Hard Rock o ahora la Ryder Cup. Los partidos que le dan apoyo, sin embargo, tienen una mayoría muy amplia a esta diputación o al Parlamento, por ejemplo. ¿A qué lo atribuyen?
GS: Hace dos semanas hizo un pleno extraordinario aquí a la Diputación para solo llevar la subvención a la Ryder Cup en el orden del día. Es cierto que solo somos dos de veintisiete diputados, pero si hiciéramos una consulta por todas las comarcas de Girona estamos convencidos de que la gente no querría este proyecto.
JC: Entre otras cosas porque eso comportaría tener el debate, como mínimo. La ventaja con la cual parten es el desconocimiento. ¿Quién sabe quién manda a las Diputaciones? ¿Qué se decide? ¿Dónde están? Pero al mismo tiempo tienen mucho poder económico. Son básicamente un ente transferidor de dinero del Estado a los municipios pero también a entidades, empresas, consorcios... ¿Cuál es el problema? Que la gente no da suficiente importancia, a pesar de tener una posición muy crítica con la deriva de los partidos en relación con la economía, a la hora de votar. Sería relevante cambiarlo, lo más importante que pueden hacer las instituciones es incidir en ámbitos como estos. ¿Qué se podría hacer con el dinero que se destina a los proyectos, como la Ryder Cup o la conexión del aeropuerto con el AVE para llevar a más turistas a Barcelona? Son inversiones que se están haciendo un sector donde cada vez más gente tenemos muy claro que no es ni siquiera positivo que crezca, que tiene que decrecer. Es verter cantidades ingentes de dinero público al fomento de un sector que ya está fuera de madre y que genera unas condiciones de trabajos y externalidades de todo tipo totalmente negativas. ¿Cuándo nos dicen "cuál es vuestra alternativa"?, aquí hay muchos recursos que se podrían destinar a elementos que realmente respondieran a la necesidad de la población de Catalunya desde las infraestructuras a sanidad o educación. 
GS: Esta política nos vierte a la Catalunya de los 10 millones, la idea de crecer, crecer y crecer sin hacernos ninguna pregunta. ¿Tenemos que crecer tanto? ¿En qué condiciones? ¿Qué sectores potenciamos?

Ponemos en cuestión el planteamiento del PSC con la Catalunya de los 10 millones, no es inevitaible

El Gobierno ya ha anunciado un plan para adaptar las infraestructuras de Catalunya a los 10 millones. ¿Os oponéis?
JC:
Es una crítica más de planteamiento. El PSC tiene la voluntad de poner el escenario sobre la mesa, como si ser 10 millones fuera inevitable y lo que toca, totalmente desvinculado de todos los factores que estamos comentando. Lo que hacemos es cuestionarlo. Dejar claro que no es un hecho inevitable, en nuestro entorno los países no crecen a esta velocidad. En el ámbito de infraestructuras dan ganas de reír. Tenemos el país que cae a trozos en cuestiones muy sensibles. El tema ferroviario es increíble, pero el transporte público en general también. En las comarcas de Girona lo que tenemos es dramático, grans ciutats sense connectar. Tenemos un país muy tensionado en todos los servicios públicos. No tenemos una Catalunya con los servicios correctos por la Catalunya de los 8 millones y ya miramos hacia la de los 10. La pregunta la tendrían que responder ellos. Cuál es el objetivo de crecer, en población, en PIB, en pernoctaciones de hotel...?
GS: La respuesta ya la sabemos, conocemos cuál es el modelo que defienden PSC y Junts, y también toda la red clientelar del sector turístico y hotelero que no podemos dejar de lado. En el sector turístico se hace mucho dinero y como siempre los lobbies están encantados con este modelo que ellos defienden claramente pero que otros también apoyan. 

Cuando habéis cuestionado la Catalunya de los 10 millones, algunas voces os han acusado de racismo. ¿Cómo respondéis?
JC: Es bastante absurdo acusar de racismo el planteamiento que hacemos. Si de alguna cosa no es sospechoso nuestro espacio político es de ser racista o xenófobo. Es tramposo. Recuerdo un artículo sobre la Catalunya de los 10 millones que venía a decir que era inevitable y que quien dijera que no, era xenófobo. Si tú, como gobernante, planteara un escenario, lo tienes que defender, pero no puedes decir que creceremos un 25% más en poco tiempo porque sí. Hay una apuesta política detrás y ponemos el foco. Es el mejor antídoto contra los discursos xenófobos y fascistas que señalan al trabajador inmigrante explotado que, si lo tenemos con esta proporción, es porque el mercado de trabajo lo convoca. Nuestra propuesta es de los máximos derechos para todo el mundo, también para las personas que han llegado y que vienen a partir de ahora.
GS: Estos derechos los tenemos que poder garantizar. Se está regando con dinero en un modelo económico perverso que te hace aumentar la población hasta los 10 millones mientras el sistema no puede garantizar sus derechos.

Han ido criticando el modelo del PSC. Hace poco, la líder de la CUP en el Parlamento, Laia Estrada, anunció su dimisión por diferencias políticas a la hora de pactar. ¿Cuál creen que tiene que ser la relación con los socialistas?
JC:
Con el enemigo se puede negociar y pactar. Lo importante es que quede claro , y lo está en las ponencias aprobadas, que el PSC es el enemigo, la fuerza central del Estado español y actualmente gobierna a todos los niveles, tristemente. Tiene que haber una confrontación muy clara. Ahora, entendiendo la correlación actual, si se pueden conseguir mejoras para la gente de nuestro país, tenemos que jugar. No tenemos que dar falsas expectativas, recordar quiénes somos nosotros y quiénes son ellos. No hay duda en el seno de la organización con que, aquello que les podamos arrebatar, lo tenemos que hacer.
GS: No siempre tienes que estar pensando en el partido. También tienes que mirar al país. Si hay rendijas y ventanas, a pesar del rechazo constante hacia lo que representan PSC y Junts, que vemos que suponen una aportación para que se mejoren las condiciones sociales del país, pues ahí estaremos.

En las últimas elecciones en el Parlament, tanto la CUP como Aliança Catalana consiguieron un escaño cada partido en la demarcación de Girona, pero Sílvia Orriols lo hizo con el doble de votos y quedó segunda en algunas comarcas. ¿Hacen autocrítica? 
JC: No creo que sus votos vengan de nosotros, quizás son otros los que tengan que hacer esta autocrítica. Nosotros también podemos hacer, eso sí, porque es una cuestión que tenemos que combatir entre todos, cada uno desde su lugar. Haber acabado un ciclo con grandes movilizaciones y haberlo hecho con una frustración, sin haber sabido contrarrestarlo ni volver a animar a la gente entre todos y articular luchas, horizontes y esperanzas... todo ello crea un caldo de cultivo para que la extrema derecha entre como lo ha hecho. La rareza en el contexto europeo éramos nosotros, porque veníamos de una década larga de esperanza y perspectiva. Todos tenemos que hacer autocrítica, no para fustigarnos, sino para encontrar los antídotos contra eso que es muy peligroso. Desde una perspectiva independentista, la misma existencia de Aliança Catalana nos desarticula y es una piedra en el zapato monumental. Rl Estado y todo su sistema mediático lo tiene claro.
GS: Todo radica en crear un camino a futuro, y lo tienes mucho mejor si eres un partido nuevo. Entre todos tenemos que hacer cierta autocrítica por no haber generado este horizonte. Si que puedo medio comprender la juventud o ciertas capas de la sociedad que optan por estos partidos, pero que si rascas un poco, encuentras cosas que no compartes.

Desde una perspectiva independentista, la misma existencia de Aliança Catalana nos desarticula y es una piedra en el zapato monumental que el Estado y todo su sistema mediático lo tiene claro.

¿Consideráis que no compartís posibles votantes en las comarcas de Girona con Aliança? El voto del independentista enfadado que os votaba a vosotros y que ahora puede tener otras opciones.
JC: Seguro que hay de todo, pero lo que hemos ido viendo en estudios demoscópicos es que la gran bolsa que tienen es Junts y la abstención, donde hay muchos independentistas. La CUP baja, Junts se mantiene y Aliança emerge. Lo que detectamos es voto nuestro se fue a Junts, por el efecto Puigdemont y el voto emocional para el president en el exilio. Eso puede explicar que Junts se mantuviera mientras perdía votos hacia Alianza.
GS: El discurso de odio de Aliança va como anillo al dedo en el Estado español, es el principal interesado en que aparezcan formaciones como esta. Tenemos que explicar que nosotros somos los independentistas de izquierdas y que hay que trabajar para crear un horizonte rompedor con el Estado y donde la independencia y los derechos sociales estén a nuestro programa.
JC: Tenemos que evidenciar que el proyecto de la extrema derecha, aparte de miserable, es el suicidio del país. En un país como el nuestro, excluir de la catalanidad a la gente por cuestiones como la religión o el color de piel es absurdo, un tiro en el pie. La apuesta de Aliança es profundamente antipatriótica, el futuro del país no puede pasar por las visiones que ellos defienden.

La propuesta de Rufián es una renuncia al independentismo y hacia una izquierda dócil, muleta del PSOE

Aparte de los vídeos, uno de los temas que ha centrado mucho el debate ha sido la propuesta de Gabriel Rufián de formar un "bloque de izquierdas periféricas" en el Congreso para frenar la extrema derecha. ¿Qué os parece? ¿Es posible un acuerdo?
GS: No.
JC: Si somos soberanistas, no podemos ser periféricos. Vemos un enésimo paso hacia el marco hispanocéntrico de este político en concreto y de algunos sectores. No creo que nos incluyera en el planteamiento.
GS: Espero que no.
JC: No solo es Rufián, también hay otros actores que apuntan hacia este discurso de unir esfuerzos, del soberanismo de izquierdas... Básicamente, para nosotros, eso significa caminar hacia la renuncia del independentismo como tal, hacia una izquierda dócil e ir a hacer la muleta del PSOE. Dentro del marco español y con la lógica de parar la extrema derecha solo podemos ir hacía ahí. Nuestro proyecto es de confrontación no solo con la derecha y la extrema derecha española, sino con el Estado español, que es el problema básico que tenemos.
GS: Nuestro proyecto se basa en un marco autocentrado en los Países Catalanes. Este proyecto lleva a aceptar que formamos parte del Estado.