En la cocina solemos preocuparnos por mantener bien limpios los utensilios que más usamos, pero hay un electrodoméstico que, aunque lo usamos casi a diario, probablemente no estás limpiando como deberías. Nos referimos a la túrmix, también conocida como batidora de mano. A simple vista puede parecer que basta con pasarla por agua caliente y un poco de jabón tras cada uso, pero lo cierto es que esta limpieza superficial no elimina del todo los restos de comida ni las bacterias que se acumulan en sus rincones más difíciles. En un vídeo muy revelador compartido en Instagram por la cuenta @jrformentera, se explica por qué la limpieza habitual no es suficiente y cuál es el método realmente eficaz para dejar la túrmix como nueva.

El electrodoméstico en la cocina que no estás limpiando bien

Aunque parezca exagerado, si no limpias bien este pequeño electrodoméstico, puedes estar acumulando miles de bacterias justo donde preparas purés, batidos, salsas y otras preparaciones que consumes directamente. Y el problema no es solo la suciedad visible, sino los restos microscópicos que se quedan atrapados entre las cuchillas o en las juntas, donde el agua y el jabón no siempre llegan con eficacia.

Túrmix, ideal para batidos / Foto: Unsplash
Túrmix, ideal para batidos / Foto: Unsplash

El truco es más sencillo de lo que parece, y lo mejor es que solo necesitas agua y vinagre. Llena un recipiente, puede ser un vaso alto o un bol profundo, con agua y añade un buen chorro de vinagre blanco. A continuación, sumerge la parte funcional de la túrmix, la que contiene las cuchillas, y enciéndela durante unos segundos para mezclar bien los dos líquidos.

El truco es más sencillo de lo que parece, y lo mejor es que solo necesitas agua y vinagre

Verás cómo empiezan a salir partículas que no imaginabas que seguían allí. Una vez hecho esto, cambia el agua y repite el proceso. Lo ideal es realizar esta limpieza dos o tres veces, hasta que el agua salga completamente clara y sin residuos. Es señal de que la limpieza ha sido efectiva.

 

 

Este método no solo es más higiénico, sino también más respetuoso con el aparato, ya que evita el deterioro de piezas metálicas o plásticas por acumulación de restos orgánicos. Además, al ser una solución natural, sin productos agresivos, no dejará olores ni sabores en tus preparaciones futuras. La próxima vez que uses tu túrmix, piensa en todo lo que ha pasado por ella y dale el mimo que merece con una limpieza profunda y consciente. Tus comidas, y tu salud, te lo agradecerán.