Sí. No. Sí. No. Sí. No. Esto parece como cuando estamos enamorados de una persona y arrancamos los pétalos de una flor, buscando la respuesta del destino sobre el hecho de si este amor es correspondido. Una metáfora para deciros que desde la quesería Llet Crua hemos dado bastantes vueltas a uno de mis temas predilectos. La gran pregunta: ¿se comen las cortezas? Después de algunos capítulos en los que os he explicado, con contundencia, que la respuesta es un sí rotundo y afirmativo, hoy, por sorpresa, os diré que no.


No es que me quiera contradecir con respecto a lo que he dicho otras veces, sino que, evidentemente, hay cortezas que sí que se comen. Las cortezas floridas son cortezas que son muy buenas y muy sanas. Pero hay otras cortezas de quesos artesanos que quizás no es tan buena idea comérnoslas. El primer ejemplo de todos lo encontramos con los quesos encerados, que son quesos que es evidente que no se comen las cortezas. ¡No me seáis animales! No se comen estas cortezas porque no son buenas y no se os pondrán bien.

Quesos Leche Cruda Xevi Miró / Foto: Raquel Sánchez
Según la corteza de la que hablamos, la podremos comer o no / Foto: Raquel Sánchez

Otros quesos, como el cheddar, son quesos que vienen envueltos con una tela. En la quesería seguramente ya os la sacarán, pero hay que tener en cuenta que su parte que toca con la piel no estará muy buena, está muy seca y puede tener todavía fibra de ropa. Hay quesos secos que no tienen nada añadido a la piel, son sencillamente partículas de leche seca, leche que se ha ido secando. Esta corteza es natural y se puede comer, pero su sabor y su textura no es muy agradable en boca, con lo que yo la descartaría. Como mínimo si te toca un trozo muy grande.

Generalmente, las cortezas de los quesos sí que se comen. Ahora bien, hay excepciones como los quesos encerados, el queso cheddar o los trozos más grandes de los quesos secos, o los quesos ahumados

Si te toca un trozo pequeño, quizás no te afectará organolépticamente, pero yo, si te toca un trozo muy grande, lo descartaría. Quesos ahumados, yo no acostumbro a comer la corteza porque es lo que ha estado en contacto durante más tiempo con el humo y su punto de ahumado será demasiado intenso. Así pues, lo que os recomiendo es un poco de sentido común, que vais probando y si veis que se puede comer, os la coméis, pero si no, descartadla. Generalmente, en un queso artesano se puede comer todo. Y todo quiere decir, desde el primer trozo de queso hasta el último, con la corteza incluida. Si eres reticente a comerte esta parte, tienes que saber que, en la mayoría de los casos, la corteza es igual de comestible que el resto del queso. ¡Si nunca tienes dudas, porque el color no te convence, o notas un aroma extraño que te hace mala espina, pruébalo!