El kiwi es una de esas frutas que ha conquistado cocinas y desayunos por su sabor fresco, su apariencia exótica y sus múltiples propiedades nutricionales. Rico en vitamina C, con un toque ácido y una pulpa verde inconfundible, el kiwi se ha convertido en un habitual de ensaladas, zumos y tartas. Sin embargo, muy pocas personas saben cómo se llama el árbol del que proviene. Y es que, en realidad, el kiwi no nace de un árbol como podríamos imaginar por su tamaño o textura. Lo curioso es que esta fruta tan apreciada en Europa y América crece en una planta trepadora que pertenece a la familia de las actinidiáceas, y su nombre científico es Actinidia deliciosa. Sí, has leído bien: Actinidia. Un nombre poco común que muy pocos consumidores relacionan con esta fruta que llevan comiendo toda la vida.

El curioso nombre del árbol del kiwi

A diferencia de otros frutos como la manzana o la pera, que crecen en árboles robustos y de aspecto tradicional, el kiwi se desarrolla en una planta que se parece más a una vid que a un manzano. Es una enredadera leñosa, de tallo flexible, que puede alcanzar varios metros de longitud si se le da el soporte adecuado. Requiere tutores o estructuras para crecer verticalmente y necesita ciertos cuidados específicos, sobre todo en lo que respecta al clima y la humedad. Originaria de China, esta planta se conocía como el “melocotón del mono”, y no fue hasta principios del siglo XX cuando llegó a Nueva Zelanda, país que la adoptó y transformó en símbolo nacional, al punto que el fruto acabó tomando el nombre del famoso pájaro kiwi.

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Es más una enredadera leñosa que un árbol / Foto: Unsplash

Esta planta se empezó a conocer como el melocotón del mono en China

La Actinidia deliciosa no solo da los kiwis más conocidos, sino que también tiene variantes menos populares, como el kiwi rojo o el kiwi amarillo, todos igualmente cultivados en plantas de la misma familia. Lo fascinante es que esta planta, además de su valor ornamental, es dioica, lo que significa que existen ejemplares masculinos y femeninos, y ambos son necesarios para que haya polinización y, por tanto, fruta. Sin esta particularidad reproductiva, el delicioso fruto verde simplemente no aparecería.

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También existe kiwi amarillo y rojo / Foto: Unsplash

Otro detalle que pocos conocen es que la planta del kiwi puede vivir décadas si se cuida adecuadamente, y con el tiempo produce cada vez más fruta. Es resistente al frío, pero no tanto a las heladas prolongadas, y por eso su cultivo está especialmente extendido en zonas templadas. Así que la próxima vez que peles un kiwi para merendar, recuerda que proviene de la Actinidia deliciosa, una enredadera que, pese a no parecerlo, es la auténtica responsable de esa explosión de frescura que tanto disfrutamos. Un nombre tan curioso como poco conocido, que bien merece salir del anonimato.