Pelar ajos es una de esas tareas que parecen insignificantes en la cocina, pero que a menudo terminan siendo un quebradero de cabeza. No solo porque la piel se resiste a salir, sino porque además las manos quedan impregnadas de ese olor intenso que cuesta tanto eliminar. Los chefs profesionales conocen bien este problema y por eso aplican varios trucos ingeniosos que permiten desprender la piel del ajo sin apenas esfuerzo y, lo mejor de todo, sin ensuciarse las manos. En el canal de YouTube Divina Cocina han mostrado cuatro métodos que pueden usarse en cualquier hogar y que te cambiarán la forma de cocinar, ya que ahorran tiempo y evitan molestias innecesarias.
Cómo pelar ajos sin ensuciarte las manos
La magia de estos trucos está en que no necesitas utensilios extraños ni técnicas complicadas. Se trata de soluciones rápidas que aprovechan elementos comunes como un bote de cristal, un microondas o simplemente un poco de agua. Gracias a estas opciones podrás dedicarte a lo que realmente importa: cocinar. Con ellos no tendrás que luchar contra la piel del ajo ni preocuparte por el olor persistente en tus dedos. Veamos, uno a uno, cuáles son estos métodos tan eficaces que los profesionales de la cocina recomiendan para hacer la vida más fácil.
El truco del bote de cristal
El primer método es tan simple como efectivo. Solo necesitas un tarro de vidrio con tapa. Introduce los dientes de ajo sin pelar, cierra bien y agita con fuerza durante un minuto. El movimiento hará que las pieles se suelten por sí solas gracias a la fricción, de manera que al abrir el bote verás los ajos completamente limpios. Este truco es perfecto si necesitas pelar varios dientes a la vez, ya que funciona especialmente bien con cantidad. Además, el tarro atrapa los restos de piel y evitas que se esparzan por la encimera.
El truco del cuchillo es de los más conocidos entre los cocineros profesionales
El truco del cuchillo
El segundo truco es uno de los más conocidos entre cocineros y, sin embargo, sigue sorprendiendo a quienes lo prueban por primera vez. Solo tienes que colocar un diente de ajo sobre una tabla de cortar, poner encima la hoja de un cuchillo grande y darle un golpe seco con la palma de la mano. La presión hace que la piel se desprenda sola, quedando el ajo listo en segundos. Es una técnica rápida, ideal para quienes necesitan preparar un sofrito sin perder tiempo.
El truco del microondas
El tercer método recurre al microondas. Basta con meter los dientes de ajo, aún con piel, durante unos 10 o 15 segundos. El calor hará que la piel se despegue con extrema facilidad al sacarlos. Eso sí, conviene tener en cuenta que los ajos quedan algo más blandos, por lo que resultan perfectos para guisos, salsas o cualquier receta donde se vayan a cocinar, pero quizá no tanto para usar en crudo.
El truco del agua
El cuarto y último truco se basa en algo tan básico como el agua. Sumergiendo los dientes de ajo con piel durante 10 o 15 segundos conseguirás que la humedad ablande la cubierta y puedas retirarla sin esfuerzo. Es una opción limpia y sin olores, perfecta para quienes prefieren soluciones suaves sin necesidad de recurrir a utensilios adicionales.