Limpiar el microondas y el horno es una de esas tareas domésticas que la mayoría pospone hasta que no queda más remedio. Pero lo cierto es que existen trucos sencillos, rápidos y muy eficientes que permiten dejar ambos electrodomésticos impecables sin necesidad de frotar durante horas ni acabar con la espalda hecha polvo. En muchos hogares, la acumulación de grasa, vapor y restos de comida convierte estas superficies en un auténtico desafío, pero con unas cuantas técnicas bien aplicadas, el esfuerzo se reduce al mínimo. La clave está en aprovechar el poder del vapor, la temperatura y algunos ingredientes tan cotidianos como el vinagre, el limón o el bicarbonato, que funcionan como auténticos limpiadores naturales y permiten recuperar el brillo perdido sin productos agresivos.
Cómo limpiar el microondas y el horno
En el caso del microondas, el método más eficaz es también el más simple: llenar un bol apto para microondas con agua y añadir unas rodajas de limón o un buen chorro de vinagre blanco. Después, basta con calentarlo entre cinco y diez minutos hasta que el vapor se adhiera a las paredes interiores. Ese vapor reblandece la suciedad, disuelve los restos pegados y neutraliza olores desagradables. Al abrir la puerta, con cuidado, porque estará muy caliente, solo queda pasar un paño húmedo y la grasa desaparece casi sin tocarla. Este método no solo limpia, sino que deja un aroma fresco y elimina bacterias sin necesidad de químicos. Mucha gente no lo sabe, pero repetir este proceso una vez por semana evita la acumulación futura y mantiene el microondas impecable de forma casi automática.

El horno, por su tamaño y por la grasa que suele endurecerse con las altas temperaturas, parece más difícil de tratar, pero también tiene un truco tan poderoso como sencillo. Mezclar bicarbonato de sodio con agua hasta formar una pasta espesa y aplicarla por todas las superficies, excepto las resistencias, es uno de los métodos más recomendados por expertos en limpieza. Esa mezcla debe reposar varias horas, idealmente toda la noche. Durante ese tiempo, el bicarbonato actúa como un desengrasante natural, levantando la capa de suciedad sin necesidad de frotar con fuerza. A la mañana siguiente, pulverizar un poco de vinagre sobre la pasta genera una ligera efervescencia que ayuda a desprenderlo todo. Con un paño húmedo o una esponja suave, la grasa desaparece y el horno vuelve a tener un aspecto impecable.
Existen trucos sencillos, rápidos y muy eficientes que permiten dejar ambos electrodomésticos impecables
Para las personas que quieren aún menos esfuerzo, existe la alternativa del vapor también en el horno: colocar una bandeja con agua y limón a temperatura alta durante unos minutos afloja la suciedad acumulada y facilita el trabajo. Lo importante es evitar estropajos abrasivos que dañan el esmalte y apostar por estas soluciones naturales que, además de eficaces, son seguras y respetuosas con el medio ambiente.

Con estos métodos, limpiar el microondas y el horno deja de ser una tarea agotadora y se convierte en un proceso rápido, práctico y muy agradecido. La cocina queda reluciente sin deslomarte y con la satisfacción de haber usado técnicas tan simples como efectivas.