En una ciudad como Barcelona, donde la oferta gastronómica abunda y el turismo marca el ritmo de muchos locales, encontrar un rincón auténtico, con encanto y precios razonables, se ha convertido en todo un hallazgo. En la parte alta de la ciudad, lejos del bullicio de las zonas más transitadas, se encuentra la Bodega Pàdua, un bar sin pretensiones, pero con una personalidad única que ha conquistado a quienes valoran la comida casera de verdad. Aquí, no hay colas de turistas ni menús pensados para extranjeros despistados. Lo que hay es cocina tradicional catalana, platos abundantes y un ambiente que huele a barrio y a sobremesa sin prisas.
El bar sin turistas en la parte alta de Barcelona
En esta bodega situada en el número 92 de la conocida calle Pàdua, la joya de la corona es su menú de mediodía, disponible de lunes a sábado por solo 15,90 €, un precio que sorprende en una ciudad donde los menús de calidad a menudo superan los 25. Cada día, el cliente puede elegir entre cuatro o cinco opciones de primero y de segundo, siempre con propuestas variadas y caseras: desde unas lentejas estofadas como las de casa o una ensaladilla bien hecha, hasta unas albóndigas con sepia o un bacalao con romesco y alubias. A esto hay que sumarle los postres, también caseros, con clásicos como la tarta Sacher, la mel i mató o fruta fresca, todo incluido en el precio juntamente con el pan y la bebida.

Pero si hay algo que hace especial a esta bodega con alma de casa de comidas es que no se limita solo al mediodía. Los esmorzars de forquilla, tan típicos de la tradición catalana, también tienen su espacio en la Bodega Pàdua. A primera hora de la mañana es habitual ver a clientes del barrio disfrutando de platos calientes como la butifarra con fesolets y alioli o los huevos revueltos con chistorra, acompañados de un buen café, una caña o incluso una copa de vino. Un desayuno de los de antes, sin florituras ni postureo, perfecto para empezar el día con energía.
En esta bodega situada en el número 92 de la conocida calle Pàdua, la joya de la corona es su menú de mediodía, disponible de lunes a sábado por solo 15,90 €

El local en sí tiene un encanto vintage, con una decoración que recuerda a las antiguas bodegas de barrio: muebles de madera, pizarras con los platos del día y cuadros con la temática de la capital catalana. Su ambiente acogedor lo convierte en el lugar perfecto para comer solo, en pareja o con amigos, ya sea para una comida informal o para uno de esos aperitivos que se alargan hasta bien entrada la tarde. Un refugio gastronómico donde todavía se come bien, sin complicaciones y a precios que no asustan.