Cuando el verano aprieta y el calor no da tregua, lo último que apetece es encender el horno o pasar horas frente a los fogones. En esos días en los que la temperatura sube sin freno, tener en la nevera platos frescos, sabrosos y listos para servir se convierte en una auténtica salvación. Por eso, apostar por recetas que se puedan preparar con antelación y que aguanten bien en frío no solo es práctico, sino también una forma de cuidar la alimentación sin renunciar al placer de comer bien.
5 recetas frías que puedes dejar listas en la nevera
A continuación, te proponemos cinco recetas frías infalibles que puedes dejar hechas en la nevera y disfrutar en cualquier momento del día. Fáciles, rápidas y con ingredientes sencillos, pero llenas de sabor y perfectas para sobrevivir al calor sin esfuerzo.
Ensaladilla rusa con atún y mayonesa casera
Un clásico que nunca pasa de moda. La ensaladilla rusa combina patata cocida, zanahoria, guisantes, huevo duro y atún en conserva. Todo se mezcla con mayonesa, que puede ser comprada o, mejor aún, hecha en casa con huevo, aceite de girasol y un toque de limón. Lo ideal es dejarla reposar al menos un par de horas en la nevera para que los sabores se integren. Servida bien fría, es una de esas recetas que gustan a todos y resisten perfectamente el paso de los días.
Gazpacho andaluz tradicional
Esta sopa fría de origen andaluz es probablemente uno de los platos más refrescantes del verano. Se prepara con tomate maduro, pimiento verde, pepino, ajo, aceite de oliva virgen extra, vinagre de Jerez y sal. Todo se tritura hasta obtener una textura líquida y homogénea. Se sirve bien frío, acompañado si se desea de tropezones de verdura picada. El gazpacho no solo hidrata, sino que aporta una buena dosis de vitaminas y antioxidantes.
Pasta fría con pesto, tomatitos y mozzarella
Ideal como plato principal o para llevar a la playa o a la oficina. Solo necesitas cocer la pasta (mejor corta, tipo espirales o penne), dejarla enfriar y mezclarla con pesto casero o de bote, tomatitos cherry cortados, bolitas de mozzarella y albahaca fresca. Un chorrito de aceite y listo. Puedes conservarla en la nevera hasta dos días sin que pierda calidad.
Hummus de garbanzos con crudités
El hummus es un básico que no puede faltar en la nevera. Solo necesitas garbanzos cocidos, tahini, zumo de limón, comino, ajo y aceite de oliva. Se tritura todo hasta obtener una pasta suave. Acompañado de zanahoria, pepino o apio cortado en tiras, es una opción saludable, saciante y perfecta como tentempié o entrante.
Tarta fría de yogur y frutas
El postre ideal para coronar una comida de verano. Se prepara con una base de galletas trituradas con mantequilla, una mezcla de yogur griego con gelatina y un poco de azúcar, y se corona con fruta fresca como melocotón, fresas o arándanos. Requiere reposo en la nevera, pero su sabor y textura la convierten en un final dulce, ligero y refrescante.