Tal día como hoy del año 2013, hace 12 años, se formaba una cadena humana de 400 kilómetros que uniría el Pertús (Catalunya Nord) con Vinaròs (País Valencià) y que sería llamada Via Catalana per la Independència. Siguiendo el trazado de la antigua Vía Augusta romana (actuales carreteras N-340 y N-II y corredor ferroviario mediterráneo), reunió a más de 1.600.000 personas y, pasando por 87 municipios, atravesó de norte a sur el Principado de Catalunya. En aquel momento, se convirtió en la manifestación más multitudinaria de la historia de Catalunya, superando el cortejo fúnebre del presidente Macià (1933) —que había reunido a un millón de personas en las calles de Barcelona— y la Diada nacional de 1976, que había congregado a más de un millón de personas en el tramo viario entre Sant Boi de Llobregat y Barcelona.
La Via Catalana cap a la Independència estuvo organizada y promovida por la entidad de la sociedad civil Assemblea Nacional de Catalunya, con el apoyo de 14 entidades cívicas, y se inspiró en las vías bálticas de 1989 que habían conducido a Letonia, Lituania y Estonia a la independencia. Durante el proceso de organización —que se inició el 19 de junio—, se distribuyó a los asistentes en 778 tramos de unos 500 metros por término medio. El buen ritmo de inscripciones permitió cubrir rápidamente los tramos centrales de la vía: la ciudad de Barcelona, donde, incluso, la cadena humana rodeó triplemente la sede de la Caixa de Pensions, para denunciar públicamente que esta entidad bancaria era la máxima responsable, en Catalunya, de la crisis económica y financiera que había estallado en el 2008.
En cambio, en los tramos situados sobre los territorios menos poblados (entre Cambrils y Vinaròs) se tardó un poco más; pero, finalmente, estos fueron provistos con manifestantes procedentes de toda la región catalana del Ebre y de los llanos de Lleida, y el 2 de septiembre (nueve días antes de la celebración de la cadena humana) ya no quedaba ningún tramo de la Via Catalana con una baja ocupación. Al día siguiente, todos los noticiarios escritos y audiovisuales del mundo abrieron con la Via Catalana cap a la Independència. Y todo el mundo quedó impresionado por la extraordinaria capacidad organizativa del pueblo catalán y conmovido por su reivindicación. La sociedad catalana, con sus propios recursos y sin los partidos políticos, fue capaz de situar la causa por la independencia encima de la mesa de las principales cancillerías del mundo.