Como si se hubiera dado cuenta que seguía desnudo como en Manchester, el Barça se vistió del auténtico Barça en la segunda parte en Sevilla para sacar una victoria laboriosa después de haber jugado una primera parte de pena, que le permite seguir la huella del Real Madrid, líder en solitario con dos puntos de ventaja sobre los blaugrana. Lo que pudo ser una derrota sangrante terminó siendo un triunfo de calidad, nacido desde la garra del número uno del mundo, Leo Messi.

Leo Messi y Luis Suárez dieron la vuelta a un marcador que el Sevilla puso a su favor merecidamente a los 15 minutos de juego gracias a un gol de Vitolo. Hizo el Sevilla merecimientos de sobra para estar por delante en esa primera parte. Había convertido al Barça en una caricatura del Barça campeón. Lo había superado en todas las líneas.

Hasta el descanso el Sevilla fue a muerte, como proclama su himno, y el Barça parecía estar viviendo de su pasado sin jugar como lo hacía antes. En realidad, parecía un equipo en la UVI.

Hasta que Leo Messi –siempre él– igualó el marcador a dos minutos del final del primer tiempo, el título de esta crónica bien podía haber sido “el Barça se vuelve un equipo de tercera fila”.

Una penosa primera parte

Nunca mejor dicho porque en la Liga los blaugrana se iban a la tercera posición detrás del Madrid (27) y del Sevilla (24). Nunca mejor dicho porque el Barça había recibido otra lección en todos los aspectos del juego. Anticipación, ambición, control, ideas, recuperación, presión, defensa y ataque. Solidez.

Hasta ese minuto 43 el desarrollo del partido era tal cual como la masacre de Manchester. El Barça no tenía el balón, porque no sabía cómo tenerlo y porque el Sevilla, además, se adueñó de él. Lo peleó más y mejor. El Barça no controlaba, tampoco combinaba y mucho menos tocaba.

Al Barça, el Sevilla le ganaba individualmente y también en trabajo de equipo. El equipo de Sampaoli y de Lillo lo atosigaba, lo ahogaba hasta el punto que parecía más fuerte físicamente. Los sevillanos igual siempre descubrían un compañero libre de marca, que apretaban con dos cuando no tenían el balón.

Plan B de Luis Enrique

Hasta que Messi marcó el gol del empate, el Barça no vivió bien. Y lo bueno fue que el tanto que niveló el gol de Vitolo (15m) llegó para ir al descanso como si nada hubiera pasado, ideal para preparar un nuevo partido, excelente para que Luis Enrique sacara un plan B.

Y así fue. El Barça de la segunda parte fue otro. Fue a por el partido. Con las mismas armas y con los mismos defectos, pero más predispuesto a no pertenecer a ese grupo de tercera línea. Messi lideró el cambio. La defensa se juntó más alrededor de Busquets, Denis Suárez se entonó y Rakitic fue otro. Perdió el Barça menos balones y fue más agresivo. El Sevilla acusó el esfuerzo. Y así el Barça encontró lo que buscaba.

El 1-2 llegó a los 61 minutos gracias a otra buena recuperación y un avance que acabó con Messi entregándole el balón a Suárez para que liquidara el partido.

Pese a ese primer tiempo de pena, el Barça hizo méritos suficientes para alzarse con el triunfo. La rabia de Messi salvó al equipo de una derrota anunciada por un mal primer tiempo, pero dibujada con un mejor juego en la segunda.

Pero Luis Enrique no puede pasar por alto que su equipo sigue siendo vulnerable en defensa.

 

Los goles

1-0 Vitolo 15'

1-1 Messi 43'

1-2 Luis Suárez 61'