Turnstile son el grupo del momento, pero tú todavía no los has escuchado. O quizás sí. El 24 de noviembre llenarán el Sant Jordi Club de Barcelona, un hecho poco usual para una banda|lado de sus características. O quizás no. Idles ya lo hicieron. Turnstile son el grupo del momento y tú los tendrías que escuchar.
Hardcore punk líquido
Turnstile hacen ruido. Son una banda de hardcore punk. Así que sí, hacen mucho ruido. Pero, aunque cierto, la etiqueta es tan reduccionista como afirmar que Lamine Yamal es solo un futbolista. De acuerdo, en los cimientos de su estructura sonora encontramos los mandamientos sobre los que se ha edificado el estilo: guitarras abrasivas y secciones rítmicas que resuenan como una apisonadora, rupturas de ritmo abruptas y voces amenazadoras, aunque su vocalista nunca se ha expresado con el tono de voz de alguien que ha pasado la noche fumando Ducados y luego ha hecho gárgaras con papel de lija. Sí, en su telón de fondo vemos reflejados todos aquellos grupos de machos musculados que actúan sin camiseta y sudan tantos hectolitros que con solo un concierto suyo se podría llenar el pantano de Sau: Dag Nasty, Cro-Mags, Battery..., pero esos solo ocupan un compartimento en la estantería de su colección de discos.
Turnstile hacen ruido. Son una banda de hardcore punk. Así que sí, hacen mucho ruido. Pero, aunque cierto, la etiqueta es tan reduccionista como afirmar que Lamine Yamal es solo un futbolist
Vivimos en la era de los géneros líquidos. Todo fluye. Todo acaba siendo influencia y referencia. Y Turnstile son paradigma en la confrontación y rechazo de dogmatismos. Este seguramente es parte del secreto de su éxito: hacen hardcore punk, pero la violencia queda, no edulcorada pero sí matizada, por su aproximación y coqueteo con otros parajes sonoros. Suena innovador, aunque no lo sea tanto. Los afroamericanos Bad Brains fueron una de las primeras bandas de hardcore punk y también de las primeras en experimentar con ritmos como los del reggae. Después vendrían los suecos Refused para convertir el hardcore en un campo de pruebas sin límites y, solo un poco más tarde, At The Drive-In, que en su psicotrópica mutación a The Mars Volta se encaramaron a las ramas de la psicodelia y los ritmos latinos más alucinógenos. Turnstile, que recuerdan a todos ellos (y a Suicidal Tendencies, a Jane's Addiction, a Rage Against the Machine), son el siguiente eslabón en esta cadena evolutiva, incorporando préstamos del pop new wave, el soul y el funk. Su tema Seein' Stars no desentonaría en absoluto en el repertorio de alguien como Steve Lacy. Mucho más gráfico resulta entrar en la lista de recomendaciones de Spotify de su cantante, encontrando indiscriminadamente temas de Minor Threat y Prince, de Nina Simone, Neil Young, Lauryn Hill, MC5, Frank Ocean, Dead Kennedys, Sade... El cóctel que sale de todo eso es Turnstile.
Vivimos en la era de los géneros líquidos. Todo fluye. Todo acaba siendo influencia y referencia. Y Turnstile son paradigma en la confrontación y rechazo de dogmatismos
Nacidos en Baltimore, ciudad de la icónica serie The Wire, hace quince años; Brendan Yates (voz), Pat McCrory (guitarra), Franz Lyons (bajo), Daniel Fang (batería) y Meg Mills (guitarra) —combo que, guapos y esbeltos, parecen salidos de una versión alternativa de un anuncio de Tommy Hilfiger— han publicado hasta ahora cuatro discos. Los dos primeros: Non Stop Feeling (2015) y Time & Space (2018), son buenos; los dos últimos: Glow On (2021) y Never Enough (2025), espectaculares. Turnstile son el grupo del momento, pero tú todavía no los has escuchado. O quizá sí. El 24 de noviembre llenarán el Sant Jordi Club de Barcelona, no te los pierdas.