Corea del Norte ha iniciado la construcción de un memorial dedicado a los soldados norcoreanos muertos mientras combatían en Rusia en la guerra contra Ucrania. El proyecto, llamado Museo Memorial de los Hitos de Combate, se levantará en el corazón de Pyongyang y pretende conmemorar lo que el régimen describe como “los héroes que han dado la vida para defender la justicia y la fraternidad internacionalista”.

Según ha informado este jueves la agencia estatal KCNA, el líder norcoreano, Kim Jong-un, presidió el acto de colocación de la primera piedra, acompañado del embajador ruso en Corea del Norte, Aleksandr Matsegora, y de altos cargos militares y familiares de los soldados caídos. En su discurso, Kim definió el futuro museo como “un santuario sagrado dedicado a la inmortalidad de los verdaderos patriotas” y elogió la “sólida fraternidad” con Rusia, que, según él, ha llegado “a su punto más alto de la historia”. El líder norcoreano añadió que el memorial simboliza “la sangre vertida por nuestros héroes en una lucha justa contra los agresores”.

Participación norcoreana en la guerra

Fuentes de la inteligencia surcoreana estiman que al menos 600 soldados norcoreanos han muerto y miles más han resultado heridos durante su despliegue en territorio ruso, especialmente en la región de Kursk. Aunque Pyongyang nunca ha reconocido oficialmente la presencia de tropas suyas en la guerra, las declaraciones recientes de Kim y la cobertura de los medios estatales confirman de facto la implicación militar del país al lado de Moscú.

Según Kim, sus soldados han estado en Rusia “durante un año” y han ayudado a las fuerzas rusas a conseguir “una victoria decisiva” contra lo que calificó de “neonazis occidentales”. El líder afirmó que los combatientes norcoreanos “han destruido a los invasores con el espíritu indestructible de no tolerar ninguna agresión”.

Alianzas y simbolismo

El embajador ruso Matsegora, presente en la ceremonia, destacó “el valor y la lealtad” de los soldados norcoreanos y agradeció “la solidaridad fraternal” de Pyongyang con Moscú. Tanto él como Kim remarcaron que el memorial es “una prueba visible” de la alianza estratégica entre ambos países.

Rusia y Corea del Norte firmaron el año pasado un acuerdo de cooperación militar y de seguridad que establece la obligación mutua de asistirse en caso de ataque. Desde entonces, los vínculos bilaterales se han intensificado notablemente, con intercambios de armas, entrenamiento militar y apoyo diplomático recíproco en las Naciones Unidas.

Propaganda y control interno

El memorial, según los medios estatales, incluirá esculturas, fotografías y pinturas que representarán a los soldados norcoreanos combatiendo junto a las tropas rusas. Analistas consideran que el proyecto tiene un fuerte componente propagandístico, destinado tanto a reforzar la narrativa de heroísmo interno como a consolidar el vínculo con Moscú en un momento de aislamiento internacional creciente.

Paralelamente, en Moscú se ha inaugurado una exposición de arte dedicada a la “amistad ruso-coreana”, con imágenes de soldados de los dos países “resistiendo la hostilidad de Occidente”. El acto ha sido difundido por los medios rusos como una muestra de la nueva alianza antioccidental. Con la construcción del memorial, Pyongyang envía un mensaje claro: Corea del Norte no solo es un aliado político de Rusia, sino un socio militar activo en la guerra que Moscú sigue manteniendo en Ucrania.