A estas alturas, cualquiera que especule con que de la reunión de la ejecutiva del lunes de Junts per Catalunya puede salir otra cosa que una puesta en escena contundente de una ruptura total con el PSOE, se va a equivocar. Los dados están tirados desde hace días y el final ha llegado. El mensaje de Carles Puigdemont va a ser contundente: ninguno de los tres grandes acuerdos con el PSOE en estos dos años desde la investidura ha cristalizado totalmente: la ley de amnistía, la oficialidad del catalán en las instituciones europeas y la transferencia integral a Catalunya de las competencias de inmigración. Aquel documento firmado en Bruselas por el mismo y Santos Cerdán —exsecretario de Organización del PSOE en prisión por corrupción desde el pasado 30 de junio— para intentar aprovechar lo que ambas partes consideraban una oportunidad histórica, que contemplaba una serie de acuerdos de obligado cumplimiento del PSOE y se facilitaba la investidura de Pedro Sánchez como presidente del gobierno, ha acabado pesando, con el tiempo, como una losa.

Los defensores de mantener el apoyo a Sánchez en la dirección de Junts se han ido diluyendo en su gran mayoría con el tiempo y se han encontrado sin argumentos desde la vuelta del verano, una fecha clave, ya que todos los temas quedaron en el aire y se hizo evidente que difícilmente avanzarían. Muchos menos aún al ritmo de las decisiones que se tenían que adoptar y con el PSOE atenazado con múltiples causas judiciales, varias de ellas afectando directamente al entorno familiar del presidente del gobierno, con su esposa Begoña Gómez y su hermano David Sánchez camino del banquillo. Nadie habla en Junts de Aliança Catalana como también una de las razones para desmarcarse del PSOE, pero por ahí ha sobrevolado Sílvia Orriols y el crecimiento que le dan las encuestas. En el paquete de dar carpetazo al camino de negociaciones con el PSOE recorrido hasta la fecha, también está el cierre definitivo del mecanismo de mediación internacional de Suiza encargado de verificar el cumplimiento de los acuerdos.

Los dados están tirados desde hace días y el final ha llegado

No habrá nuevas reuniones en Suiza entre Carles Puigdemont, Jordi Turull y Míriam Nogueras por parte de Junts y José Luis Rodríguez Zapatero y Juan Francisco Serrano, el exnúmero dos de Cerdán. El diplomático salvadoreño Francisco Galindo Vélez, que fue nombrado para facilitar las negociaciones y velar por la relación entre ambos partidos tras el acuerdo de investidura de Pedro Sánchez, dará así por terminado su papel. Las tres partes ya están al caso de este final y tan solo queda pendiente si habrá o no firma discreta de las actas que se han ido elaborando durante las reuniones mensuales de estos últimos dos años en Suiza y que en buena lógica una copia quedará depositada en el Centro para el Diálogo Humanitario Henri Dunant, una fundación de diplomacia privada con sede en Ginebra. Francisco Galindo, que ha tenido un papel de mediador voluntariamente discreto, ya salvó un match ball de ruptura de las negociaciones en febrero de este año cuando pidió a Junts que retirase la petición de una moción de confianza a Pedro Sánchez que habían puesto encima de la mesa para evitar el final.

Dos últimos apuntes: para apuntalar la solemnidad de la decisión de Junts de romper con el PSOE, la ejecutiva del lunes también aprobará someter la decisión a la militancia del partido, en línea con lo que hizo en 2023 de que los afiliados votaran la investidura de Sánchez. En aquella ocasión, participaron en la consulta el 67% de los afiliados, de los cuales el 13,83% voto 'no'. Ahora, la dirección buscará un resultado parecido que no se aleje del 86,16% de los síes que hubo para avalar el acuerdo con el PSOE. En segundo lugar, la legislatura española entra en una fase bastante diferente. Ha desaparecido la mayoría de investidura y el partido que rompe ahora la cuerda va a pedir a Pedro Sánchez que convoque elecciones, ya que no dispone de los votos necesarios para poder gobernar. El presidente del Gobierno ya ha dicho por activa y por pasiva que no lo va a hacer, que va a agotar la legislatura hasta junio de 2027. Una decisión que hoy por hoy parece imposible que sea capaz de mantener.

Un apunte final: ¿Qué pasará con la amnistía de Carles Puigdemont y la promesa del gobierno español de transitar hacia su retorno a Catalunya a través del Tribunal Constitucional? Los socialistas se han comprometido y José Luis Rodríguez Zapatero ha dado reiteradas promesas al respecto, con calendario incluido. ¿Tomarán distancia con la ruptura?