La escritora chilena Isabel Allende, establecida desde hace años en California, ha asegurado que abandonará los Estados Unidos si el retorno de Donald Trump en la Casa Blanca precipita un escenario autoritario. "Mientras pueda, viviré en los Estados Unidos porque aquí hay mi hijo, mi nuera, mis perros y mi marido. En este orden", ha afirmado durante la presentación simultánea en español de su nueva novela Mi nombre es Emilia del Valle este 20 de mayo. "Pero si llega el momento que la cosa se pone color de hormiga, como creo que se pondrá, me tendré que ir. No quiero vivir en una dictadura. No quiero vivir en un gobierno autoritario", ha sentenciado.

Allende ha recordado que ya se tuvo que marchar de su país natal para evitar vivir "con miedo" bajo la dictadura militar chilena, un exilio que la llevó a Venezuela el año 1975, donde vivió durante trece años y donde inició su trayectoria como novelista con la publicación de La casa de los espíritus, en 1982. "Por eso me fui de Chile, no querría volver a tener esta experiencia de empezar de cero. Pero si llega el momento, claro está. No me siento tan vieja como para no poder empezar de nuevo", ha admitido. La autora ha denunciado los ataques a las instituciones norteamericanas a pesar de la existencia de una "gran oposición" a Trump y ha reiterado que si algún día se ve obligada a vivir "callada" o escondiéndose, no dudará a marcharse. Si este escenario se materializara, ha adelantado que se vería residiendo en el sur de Chile o a España.

Allende también ha lamentado el auge del sentimiento "antiinmigrante" por todo el mundo, pero especialmente en los países que, como los Estados Unidos, "han sido hechos por migrantes". La autora ha denunciado la "generalización absurda" que asocia a los latinos con delincuencia y violencia, y ha reivindicado la contribución de los inmigrantes al país: "Hay millones de inmigrantes en los Estados Unidos y somos los que contribuimos con los impuestos, con la cultura, con el trabajo. Todos los servicios en los Estados Unidos están en manos de migrantes". En este contexto, Allende ha alertado del peligro que representa el "nacionalismo cristiano blanco" que promueve Trump y ha defendido que la verdadera "riqueza" norteamericana radica en su diversidad.

"Me interesan las voces silenciadas"

A Mi nombre es Emilia del Valle, Allende se adentra en la guerra civil chilena de 1891 a través de los ojos de una joven periodista —una "mujer fuerte" que ya aparecía a La casa de los espíritus como miembro de la saga Del Valle— para evidenciar los paralelismos con el golpe de Estado de 1973. La autora rescata figuras olvidadas como las mujeres cantineras, protagonistas silenciadas que no figuran ni en los documentos militares ni en los libros de historia. "No hay un solo nombre a la historia (...) Cuando hago una historia me interesan las voces silenciadas y solo los hombres figuran. Me da rabia", ha declarado. También ha confesado que, aunque Madrid le ha aportado momentos positivos, la ciudad le despierta recuerdos dolorosos vinculados a su hija Paula —protagonista de la novela homónima—, que enfermó gravemente de porfía y entró en coma en un hospital madrileño.