El motor híbrido E-Tech de 200 CV, una de las piezas clave de la actual estrategia de electrificación de Renault, ha comenzado a mostrar un fallo de dilución de aceite que afecta a miles de unidades distribuidas por Europa. Este propulsor, presente en modelos como el Austral, el Espace y el Rafale, ha sido objeto de revisiones técnicas debido a la entrada de combustible en el cárter, lo que compromete la lubricación del motor. La anomalía, especialmente visible en condiciones de uso urbano o con temperaturas bajas, ha motivado una serie de ajustes parciales por parte de la marca.
Renault ha reaccionado con una batería de medidas técnicas encaminadas a mitigar los efectos del problema. Inicialmente se procedió al reemplazo de bujías, seguido por la identificación de una tubería de vapor de gasolina mal diseñada que generaba un desequilibrio de presión en el cigüeñal. Estas primeras soluciones, sin embargo, no lograron eliminar la causa principal. En este sentido, la intervención más relevante se ha producido en el sistema de refrigeración, que ha sido completamente rediseñado en modelos recientes.
Cabe destacar que, en el caso del nuevo Renault Austral, este problema ya no debería reproducirse. El rediseño ha reducido de tres a dos los depósitos de expansión del sistema de refrigeración, lo que permite calentar antes el motor de combustión y evitar su apagado prematuro en frío. Esto mejora significativamente la gestión térmica, permitiendo que el motor de gasolina permanezca encendido durante más tiempo y reduzca el riesgo de condensación de combustible en el aceite. Aun así, este ajuste no implica que el fenómeno de la dilución haya sido completamente erradicado.
Ajustes efectivos pero sin solución estructural
Lo destacable en este caso es que, aunque las modificaciones han resultado eficaces en los modelos más actuales, como el Austral con su nueva configuración térmica, el fallo persiste en unidades ya fabricadas. Renault no ha lanzado una campaña de retirada general, optando por corregir el defecto en fábrica para las nuevas producciones mientras continúa evaluando la extensión real del problema en vehículos ya comercializados.
El motor E-Tech 200, con una arquitectura de tres cilindros y 1.2 litros asociada a dos motores eléctricos, sigue mostrando cierta vulnerabilidad a la dilución de aceite debido a su funcionamiento en ciclos cortos o arranques en frío. Esta característica estructural limita las posibilidades de una solución completa sin una revisión más profunda del diseño del tren térmico. Por otro lado, la nueva estrategia térmica implementada en el Austral apunta en una dirección positiva, aunque su eficacia a largo plazo aún está por comprobarse en condiciones reales de uso.
A pesar de los esfuerzos técnicos, no hay evidencia concluyente de que el fallo haya sido totalmente eliminado. Renault confía en que las medidas aplicadas frenen la progresión del problema y eviten un mayor desgaste del motor, pero el seguimiento continuo será decisivo para determinar si se requiere una intervención más amplia. Mientras tanto, el fabricante se apoya en ajustes puntuales para preservar la fiabilidad de uno de sus motores más representativos en la transición híbrida.