Los presupuestos de Barcelona para 2026 se aprobarán finalmente por la vía de la cuestión de confianza, tal como ha señalado el alcalde, Jaume Collboni, justo después de perder la votación capital durante el plenario municipal de este viernes. “Fruto del resultado, hoy mismo firmaré el decreto para activar aquello que prevé el artículo 197 bis de la LOREG”, es decir, la vinculación de los presupuestos a una cuestión de confianza. De hecho, ya se esperaba este desenlace una vez la portavoz de Barcelona en Comú, Gemma Tarafa, ha anunciado, minutos antes del inicio del pleno municipal, la abstención de su grupo en la votación, posicionamiento que ya forzaba a Collboni a utilizar este comodín para sacar adelante las cuentas. 

Con esta decisión se abre ahora un periodo en el que Collboni convocará un pleno extraordinario, que podría celebrarse el próximo miércoles, en el cual volverá a presentar los presupuestos vinculados a una cuestión de confianza. Una vez perdida, previsiblemente, la cuestión, se abrirá un plazo de quince días en el que la oposición deberá presentar una moción de censura con un candidato y un programa. Si no se presenta esta moción, algo muy difícil dada la aritmética existente en el plenario, los presupuestos se aprobarán automáticamente una vez expirado el plazo de quince días.

Aunque, previamente, Tarafa había aclarado que el posicionamiento de los Comuns es un “rotundo no hasta esta hora” dejando aún dos rendijas posibles para llegar a un acuerdo favorable, un cambio de actitud del PSC o que el mismo gobierno municipal decidiera sacar del orden del día la votación para dar más margen a la negociación. Ninguna de las dos se ha sustanciado, de manera que los Comuns han optado por mantener la abstención. Este posicionamiento de BComú ha dejado al PSC en minoría, ya que solo le han votado las cuentas ERC, mientras que Junts per Barcelona, PP y Vox han votado en contra.

Con todo, aunque Tarafa ha señalado que hay cuatro puntos de desacuerdo que imposibilitan el apoyo de Barcelona en Comú a las cuentas presentadas por el gobierno municipal, la negativa a prohibir las compras especulativas de vivienda, un plan de choque para proteger a las personas sin hogar, poner fin a la promoción turística de Barcelona y la ampliación de los ejes verdes, una vez finalizada la votación, el teniente de alcaldía Jordi Valls ha señalado que hay algunos puntos que serán incluidos en los presupuestos, como nuevos recursos para luchar contra el sinhogarismo.

En cuanto al debate, Jordi Martí Galbis, jefe de la oposición y líder de Junts per Barcelona, ha señalado que el presupuesto presentado por el gobierno socialista, “puede ser de izquierdas, pero no es progresista”, y ha tildado el rechazo a las cuentas como un “nuevo fracaso del gobierno municipal”. En todo caso, al final del debate, Collobni ha hecho uso de la palabra para señalar que “Barcelona tendrá el presupuesto que necesita, uno de los mejores de su historia”, para incidir en que va “va directamente al corazón a aquello que la gente de Barcelona espera de sus gobernantes, garantizar el derecho a quedarse en su ciudad”. Al final del camino, en todo caso, está la cuestión de confianza, que con toda probabilidad se votará el miércoles, 26 de noviembre.