La llegada de un nuevo central es una obligación, más que una necesidad, para el Barça. La gente que afirmó que la pérdida de Íñigo Martínez era demasiado sensible, y que se arrepentirían de permitir su despedida, ha acabado teniendo la razón, y Joan Laporta y Deco reconocen su grave error. Por este motivo, esperan solucionarlo, y dar una alegría a Hans-Dieter Flick, con la incorporación de un futbolista que pueda hacer olvidar al ex del Athletic Club de Bilbao y de la Real Sociedad, ahora en Arabia Saudí.
Tienen una larga lista de candidatos que creen que podrían asumir la responsabilidad de convertirse en el líder de la retaguardia, y ser el nuevo socio de Pau Cubarsí. Están satisfechos con la aportación de Eric Garcia, pero opinan que necesitan a alguien con más liderazgo y jerarquía, y uno de los nombres que figuran en el casting es el de Gonçalo Inácio. No es ningún desconocido, y los ojeadores hace tiempo que siguen de cerca su evolución.

Y han quedado maravillados con el crecimiento que ha tenido a lo largo de los últimos años, hasta convertirse en uno de los capitanes del Sporting de Portugal, pese a ser todavía muy joven. Nació en el año 2001, y fue capaz de consolidarse en el primer equipo cuando tan solo era un adolescente, y también, con la selección absoluta de su país. Y lo más sorprendente es que todavía no haya aterrizado en un equipo mucho más poderoso.
No le han faltado ofertas ni pretendientes, pero nunca se ha decantado por probar suerte lejos de su zona de confort. Ahora, en cambio, cuando finalice el Mundial de 2026, cree que será el momento indicado para hacer las maletas, y en el Camp Nou se han atrevido a hacer una primera consulta. Deco es el gran valedor de su compatriota, y está convencido de que podría encajar a la perfección en los sistemas de Flick, y hacer olvidar por completo a Íñigo.
Pero se ha encontrado con un grave problema, que complica la operación, y deja al Barça en una situación muy delicada.
El Sporting no negociará por Inácio
Y es que en Lisboa han afirmado que el Sporting se mantendrá inflexible con su postura, y no permitirá que Inácio se despida del club, si alguien no paga los 80 millones de euros que están estipulados en su cláusula de rescisión.
Una cantidad muy elevada, que el Barça ni quiere ni puede pagar.