El sector de la fruta lleva años en crisis: el veto ruso, la sequía y la Guerra de Ucrania con la consiguiente subida de carburantes y fertilizantes han puesto difíciles los días a un sector que fija población en el medio rural y que, ahora, reclama un trato distinto a las aseguradoras.

La situación
Según ASAJA, uno de los sindicatos agrarios más destacados, es hora ya de que las pólizas de los seguros agrarios cubran al menos los costes de producción cuando una explotación se ve afectada por heladas, lluvias torrenciales, granizo y calor extremo. Hoy, las compañías permiten sólo contratar pólizas de seguro por heladas para el 50% de la cosecha hasta el mes de febrero y, desde ASAJA, se denuncia tal hecho como un disparate: “es como si a un particular le permites asegurar sólo la mitad de su casa”, explica Pere Roqué, de ASAJA Lleida.
¿Qué quieren?
Remarcan que no piden subvenciones: quieren seguros funcionales que supongan una solución. En 2022, las fuertes heladas mermaron la producción y se perdió cuota de mercado. En este contexto, el seguro es una garantía, pero sin cambios, dejará de serlo. Lo que se reclama es muy concreto: seguros asequibles con coberturas que se adapten a las explotaciones y daños más frecuentes, diferentes modalidades de pólizas para cada cultivo o parcela, trato específico para plantaciones jóvenes, agilidad en la tasación del siniestro y distinción entre fruta dañada y sana. Cada año, España exporta más de 5,3 millones de toneladas de fruta.