Lo indica la propia Agència Catalana de l’Aigua: seis de las quince masas de agua subterráneas litorales de Catalunya sufren de intrusiones salinas y otras tres están amenazadas. La Agència es contundente: queda mucho que hacer para mejorar la situación de los acuíferos subterráneos catalanes que, conviene no olvidarlo, son la base de los sistemas de abastecimiento urbano. Con más intrusiones salinas, estas masas de agua dulce dejarán de ser útiles.

¿Por qué se produce este fenómeno?
Es una consecuencia de la sobreexplotación de los recursos. Cuando se extrae de estos acuíferos más agua de la que el sistema es capaz de recuperar, el mar penetra fácilmente y daña el acuífero. Los acuíferos costeros, además, son más débiles que los de interior, ya que, si estos se explotan en exceso, pueden recuperarse sólo con dejar de extraer agua. En el caso de los acuíferos cercanos al mar, aunque se detengan las extracciones, si la concentración de sal es superior a 35 gramos por litro hay poco que hacer.
Problema de toda España
El problema que se vive en Catalunya no es exclusivo del Principado: en el resto de España, el proceso de salinización de los acuíferos costeros también se da. Pese a todo, el caso de los seis acuíferos catalanes más cercanos a la costa (Costa Brava, Baix Camp, Baix Ter, Del ta del Llobregat y Plana de Alcanar) la salinización no ha alcanzado niveles irreversibles.