La muerte del papa Francisco marca el inicio de un estricto y meticuloso proceso que tiene que culminar con la elección de un nuevo pontífice para garantizar la continuidad del liderazgo espiritual de la Iglesia católica. Después de la confirmación de la muerte del Papa, tarea que ha recaído sobre el camarlengo de la Santa Iglesia romana, el cardenal Kevin Joseph Farrell, se pone en marcha un protocolo que combina tradición y espiritualidad, y una serie de ceremonias para despedir al Papa saliente y la elección de su sucesor. La Iglesia entra en un periodo de transición marcado por estos rituales solemnes, la suspensión temporal del gobierno papal y la preparación para escoger a su sucesor a través del cónclave.

🔴 Muere el papa Francisco, DIRECTO | Reacciones y última hora del Vaticano

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Con la muerte del pontífice, se declara la Sede Apostólica Vacante, el periodo en el cual la Iglesia católica carece de Papa y se prepara para escoger a su sucesor. Durante este tiempo, ninguna de las funciones papales puede ser asumida por ninguna otra persona, y la administración ordinaria del Vaticano queda en manos limitadas. La mayoría de los cargos vaticanos quedan suspendidos; solo el camarlengo y algunos altos cargos mantienen funciones administrativas básicas.

Rituales, velatorio y funeral

Los rituales inmediatos incluyen la destrucción del anillo del Pescador y el sello papal, símbolos de la autoridad pontificia, el sello de la cámara y el estudio del Papa, el anuncio en el mundo de la noticia en la ciudad de Roma y al resto del mundo, el cierre parcial del Portón de Bronce del Palau Apostólico y el repicar de la campana mayor de Sant Pere.

El cuerpo del papa Francisco tiene que ser embalsamado y preparado con los ornamentos episcopales, que incluyen la sotana blanca, el solideo (un pequeño sombrero blanco) y la estola (una banda de ropa que se usa en torno al cuello). El cuerpo de Bergoglio estará expuesto durante tres días en la Basílica de San Pedro para la veneración de todos los fieles, de los dignatarios y de los líderes de otros países y religiones que viajarán al Vaticano para rendirle homenaje. Además de la exposición pública del cuerpo, se llevan a cabo vísperas de plegaria y misas en la Basílica de San Pedro y a iglesias de todo el mundo para conmemorar al Papa muerto y rogar por su alma. La Iglesia católica observa un periodo de duelo de nueve días, conocido como novemdials.

El funeral solemne se celebrará entre el cuarto y el sexto día después de la muerte, siguiendo el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, el libro litúrgico que Francesc actualizó en el 2024 para simplificar el rito. El funeral es presidido por el decano del Colegio de Cardenales y tendrá lugar en la Basílica de San Pedro. Después de la misa exequial, el cuerpo ha de ser depositado en una triple caja (ciprés, plomo y nogal) y enterrado en el lugar que el mismo Papa haya designado. Pero Francisco, por decisión propia, ha cambiado este protocolo. Elimino los tres féretros tradicionales, sustituyéndolos por un solo ataúd de madera con interior de zinc. El cuerpo tampoco se expondrá sobre una estructura elevada cubierta de paños, sino que estará en el nivel del suelo. Y en lugar de ser enterrado en la cripta de San Pedro, donde descansan otros muchos pontífices, eligió ser enterrado en la basílica de Santa María la Mayor por su devoción por la virgen Salus Populi Romani, cuya imagen se venera en esta basílica.

Cónclave: encerrados en la Capilla Sixtina

El camarlengo convocará los cardenales en Roma para preparar el cónclave, la asamblea encargada de escoger al nuevo pontífice. El cónclave se inicia entre 15 y 20 días después de la muerte del pontífice, aunque se puede adelantar si todos los cardenales están presentes. Durante las congregaciones generales previas, los cardenales debaten sobre el futuro de la Iglesia antes de proceder a la elección.

El proceso de elección del nuevo pontífice recae exclusivamente en el Colegio Cardenalicio, bajo normas específicas establecidas en la constitución apostólica Universi Dominici Gregis. Actualmente, hay 252 cardenales, pero no todos tienen derecho al voto. Solo participarán los cardenales menores de 80 años, y actualmente hay 137 cardenales que cumplen estos requisitos. Aunque en teoría cualquier hombre bautizado puede ser escogido Papa, en la práctica los candidatos son los cardenales presentes en el cónclave.

La mecánica del cónclave está rodeada de cierto misterio. Los electores se encierran en la Capilla Sixtina sin contacto con el exterior, bajo medidas de seguridad que incluyen inhibidores de señales. El ritmo de votaciones es de hasta cuatro diarias (dos matutinas y dos vespertinas) y cada cardenal escribe el nombre de su candidato en una papeleta con la frase Eligo in Summum Pontificem. Para que la elección prospere, se necesitan dos tercios de los votos (al menos 80 si hay 120 electores). Si después de 3 días no hay consenso, se introduce un sistema de votación entre los dos candidatos más que han recibido más apoyo.

Fumata negra y fumata blanca

Las votaciones van acompañadas de símbolos claves, la fumata negra y la fumata blanca. Si la votación ha acabado sin acuerdo, se utilizan sustancias químicas para oscurecer el humo y provocar la fumata negra. Si la votación ha sido exitosa, también se utilizan compuestos químicos que aclaran el humo para crear la fumata blanca. Después de alcanzar la mayoría, el cardenal decano le pregunta al elegido: ¿"Aceptas tu elección canónica como sumo pontífice? Si aceptáis, escoged el nombre papal y recibid la sotana blanca. Cuando se ha escogido al nuevo Papa y este ha aceptado la elección, se anuncia a la multitud reunida en la plaza de San Pedro con las palabras en latín Habemus papam ("Tenemos un Papa"), seguido del nombre de pila del cardenal electo y el nombre papal que ha escogido. Este anuncio lo hace el cardenal protodiácono, que es el cardenal diácono de mayor rango.