Catalunya, en el año 1979, con la aprobación del Estatut de Sau tenía 5.875.439 habitantes y el Parlament de Catalunya contaba con 135 diputados. El 1 de enero del 2025, Catalunya ya tiene de 8.113.490 habitantes, pero dispone del mismo número de representantes en la cámara catalana. Eso implica menos representación por habitante, pasando de un diputado por cada 43.522 habitantes a un diputado por cada 60.100. El aumento demográfico de Catalunya ha abierto un debate entre la sociedad catalana sobre su gestión, pero también la representatividad de los catalanes en su sede de la soberanía nacional. Precisamente, los ayuntamientos tienen un mecanismo para ir creciendo o decreciendo sus concejales. Un ejemplo es el Ayuntamiento de Barcelona, que todo apunta que en las elecciones del 2027 tendrá dos representantes más a escoger.
El Parlament tiene que tener entre 100 diputados y 150
El número de diputados en el Parlament de Catalunya lo fija su Estatuto de Autonomía, aprobado el año 2006. Tal como establece el artículo 56, la cámara catalana se compone de un mínimo de cien diputados y un máximo de ciento cincuenta, elegidos para un plazo de cuatro años por medio de sufragio universal, libre, igual, directo y secreto, de acuerdo con este Estatut y la legislación electoral. Sin embargo, el texto recoge una disposición transitoria del Estatut de 1979 por la falta de una ley electoral propia: "Las circunscripciones electorales serán las cuatro provincias de Barcelona, Girona, Lleida y Tarragona. El Parlament de Catalunya estará integrado por 135 diputados, de los cuales la circunscripción de Barcelona elegirá a un diputado por cada 50.000 habitantes, con un máximo de 85 diputados. Las circunscripciones de Girona, Lleida y Tarragona elegirán un mínimo de seis diputados más uno por cada 40.000 habitantes, y les serán atribuidos 17, 15 y 18 diputados, respectivamente". Por lo tanto, estos 135 diputados a estas alturas son inamovibles hasta que saque adelante una ley electoral propia.
En el caso de los ayuntamientos, que funcionan por circunscripción única, la ley orgánica del régimen electoral general (LOREG) sí que establece un crecimiento de concejales en función de la población. De hecho, es lo que le pasará al Ayuntamiento de Barcelona en las elecciones del 2027 si continúa con la actual población. La capital catalana ha superado el umbral de los 1,7 millones de habitantes, hecho que implica pasar de los 41 concejales actuales a los 43. Lo que dice la ley es que los municipios de entre 50.001 a 100.000 habitantes tendrán 25 concejales y a partir de la cifra de 100.001 habitantes, se sumará "un concejal más por cada 100.000 residentes o fracción, añadiendo a uno más cuando el resultado sea un número par".
¿Hay que incrementar el número de representantes?
El caso es: ¿ante el incremento demográfico hay que incrementar el número de representados en la cámara catalana? Aunque no es una cuestión que esté sobre la mesa de los partidos políticos -cómo tampoco lo es una nueva ley electoral-, El Nacional.cat ha hablado con varios politólogos para que opinen. Una de ellas es la profesora de la Universidad Pompeu Fabra y de la UOC, la doctora Ana Sofia Cardenal, quien recuerda como María Dolores de Cospedal, cuándo fue elegida presidenta de Castilla-La Mancha, consiguió reducir el número de diputados del parlamento castellano. "Hay la cuestión de proporcionalidad entre territorios y los costes. Los parlamentos no pueden crecer de forma ilimitada", asegura la politóloga.
Aunque en Catalunya ha aumentado la ratio de diputado por habitante, Ana Cardenal pone sobre la mesa que sigue por debajo de los estados. "Los Estados Unidos tiene un representante por cada 800.000 habitantes", explica, mientras Andalucía tiene uno por cada 100.000. La politóloga cree que la actual ratio es "razonable" y cree que ahora abrir este debate no generaría mucha "simpatía" entre la ciudadanía, ante el crecimiento de los discursos antipolíticos. "Abrir este debate también es abrir el debate de ver qué hacemos con la ley electoral. Pienso que no es un debate prioritario", haciendo referencia al bloqueo de los partidos a impulsar una ley electoral catalana que busque el equilibrio territorial.
Cuanto mayor, más proporcional
El profesor titular de derecho constitucional de la Universidad de Barcelona (UB) Joan Ridao explica que el parámetro de entre 100 y 150 diputados es la "magnitud de la asamblea". "Es uno de los elementos determinantes de la proporcionalidad, o no, de un sistema", explica Ridao, que afirma que cuanto mayor, más proporcional es la asamblea y el sistema electoral. Ridao también explica que el sistema que utiliza el Estatut es el mismo que la Constitución española, donde establece que el Congreso tiene que tener entre 300 y 400 diputados. "Depende de la potestad autoorganizativa de las comunidades autónomas que pueden decidir exactamente la magnitud de la asamblea, que usualmente va en función de la población", asegura Ridao, que cualquier modificación cree que requeriría un debate político y un amplio consenso, en el marco de una ley electoral.
Un diputado cada 60.000 personas
Por su parte, el politólogo para la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Marc Guinjoan no ve necesario un incremento de diputados ante el aumento de la población en Catalunya. ¿"Catalunya ha escogido a 135 diputados, pero representan la voluntad y la pluralidad de los ciudadanos de Catalunya? Sí, porque la voluntad del legislador tiene un umbral electoral bien bajo y los partidos tienen facilidad de entrar. ¿Eso cambia que haya más votantes potenciales por parlamentario? No, porque lo más importante es la representatividad", asegura al politólogo. Guinjoan cree que lo relevante es que si un partido obtiene el 20% de los votos, más o menos, obtenga el 20% de los representantes parlamentarios. "Si tuviéramos un número muy pequeño de escaños sí que haría falta", ha opinado.
Guinjoan explica que ahora la tendencia es reducir el número de diputados, tal como ha pasado en Italia, a fin de que los partidos populistas "vendan" que hay que recortar el gasto estatal en políticos. Es más, pone sobre la mesa que los casos en los cuales se incrementan los diputados por el aumento de la población es cuando se absorbe un nuevo territorio, como pasó en los Estados Unidos o a Alemania. "Si Irlanda del Norte pasara a Irlanda seguramente se incrementarían los diputados", analiza Guinjoan, que asegura que en el momento en el cual se impulse una ley electoral propia quizás sí que habría que cambiar de diputados para equilibrar territorialmente la representación.
La ley de la raíz cúbica que no se aplica: Catalunya, entre 180 y 200 diputados
Asimismo, el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) Toni Rodon subraya que no hay un aumento de los diputados porque no hay una ley electoral propia de Catalunya. "Se propuso en la ley del 2007 que se aprobara con el mismo sistema electoral español", explica Rodon, que recuerda también que se habría ido revisando según los cambios de la población. El politólogo pone sobre la mesa una ley que calcula aproximadamente el número de diputados que tiene que tener un parlamento: el de la raíz cúbica. "Un parlamento tiene que tener los mismos diputados que la raíz cúbica de la población", explica. En función de si se coge la población total o la población con derecho al voto, sale que la cámara catalana tendría que tener entre 180 y 200 diputados. "Si lo aplicas en el Reino Unido te sale que la Cámara de los Comunes tendría que tener 200 menos. No es una ley que se cumpla mucho, pero es orientativa", explica.
Rodon pone sobre la mesa que el tamaño de un parlamento siempre tiene que cumplir dos principios: eficiencia y representatividad. "El problema real del Parlament de Catalunya no son los 135 diputados, sino cómo están repartidos. La provincia no tiene ningún tipo de sentido, territorialmente", asegura, que también pone sobre la mesa el problema de que los diputados sigan punto por punto las directrices de su partido.
Una nueva ley electoral, "el auténtico" debate
Finalmente, el profesor en la Universidad Pompeu Fabra de Ciencias Políticas Marc Sanjaume defiende que la ratio en Catalunya es "más o menos buena". "La cuestión demográfica creo que no es un gran argumento en sí mismo", defiende Sanjaume, que cree que el debate tendría que ser desarrollar una nueva ley electoral que mejore la representación territorial y la proximidad del político con las personas. Sanjaume piensa que si los diputados pueden hacer el trabajo legislativo y de las comisiones con "normalidad" aumentar el número de diputados no haría falta. "También sería para entrar partidos minoritarios y sería más representativo, quizás," defiende al politólogo, aunque apunta que la cámara catalana quedaría mucho más fragmentada.
Además, opina que se tiene que tener en cuenta las competencias de cada cámara legislativa, ya que Dinamarca, con seis millones de personas, tiene un parlamento de 179 diputados, pero con más competencias. Eso sí, advierte que el argumento del dinero es "malo". "El debate no tendría que ser recortar la democracia por una minucia de euros", defiende Sanjaume, que insiste con la necesidad de una nueva ley electoral catalana.