El hasta ahora obispo de Lleida y actual administrador apostólico de la diócesis, Salvador Giménez, ha recordado con tristeza el enfrentamiento con la diócesis de Barbastro por el arte de la Franja. En una comparecencia para hacer balance de los casi 10 años que lleva en el cargo, y ahora que se le ha encontrado sustituto, Giménez ha hecho memoria del episodio y ha admitido que “borraría” de su biografía el día que fue a declarar por esta cuestión. El prelado ha admitido que aquel 16 de mayo del 2019 en que fue al juzgado fue uno de los momentos “más complicados” de su vida. En este sentido, se ha mostrado sorprendido de que la Iglesia católica se haya dado a discutir la cuestión “como si fuéramos miembros de una sociedad civil” y ha subrayado que todos predican el mismo evangelio y se organizan de forma universal. “Llegar a este enfrentamiento entre dos comunidades diocesanas me preocupa mucho y me he sentido muy dolido”, ha lamentado. La última entrega de las 111 obras de arte originarias de las parroquias de la Franja de Ponent se trasladaron en marzo del 2021 del Museo de Lleida al Museo Diocesano de Barbastro-Monzón por orden judicial.

En este sentido, Giménez afirma que la reclamación de las obras por parte de Aragón del arte que había en las parroquias de la Franja es “contradictoria” porque, en aquel momento, pertenecían al obispado de Lleida y el obispo Messeguer se las llevó al Museo Diocesano “siguiendo las indicaciones de la Santa Sede de crear arte para que nadie lo robara de los pueblos pequeños”. El obispo ha recordado que el pasado 7 de mayo las instituciones que conforman el Museu de Lleida decidieron presentar un recurso de casación al Tribunal Supremo sobre la sentencia de la Audiencia oscense que reconocía la propiedad aragonesa de las obras. “Hace tres días se nos ha comunicado que se ha admitido el recurso y ahora tendremos que esperar un tiempo para que el Supremo se pronuncie”, ha detallado.

El obispo celebra la elección de Palau como sucesor

El obispo, que presentó su renuncia al papa Francisco en mayo del 2023 al cumplir 75 años, ha valorado positivamente el nombramiento de Daniel Palau como sucesor y ha destacado su juventud, un currículum “muy rico” y que está “bien preparado” intelectualmente. En este sentido, ha compartido que este jueves se reunirá con él para trasladarle sus preocupaciones de cara al futuro, entre las cuales está la falta de vocaciones. “El principal problema es la falta de vocaciones, un problema que tiene Lleida, pero también muchas otras diócesis”, ha añadido. Actualmente, no hay ningún seminarista en el territorio. En este sentido, Giménez ha expuesto que Palau tendrá el reto de dar más responsabilidades a los laicos —también a las mujeres— en la organización de la Iglesia en las comarcas de Lleida.

El obispo ha valorado positivamente su trabajo al frente de la diócesis de Lleida y ha explicado que una vez pasen unos meses de la ordenación de Palau, prevista para el 19 de julio, volverá a València, donde se tendrá que acostumbrar a “no tener responsabilidades” y donde echará una mano a alguna parroquia.