En plena crisis diplomática y armamentística entre Estados Unidos y Corea del Norte, los ciudadanos de Hawai vivieron un monumental susto cuando recibieron en sus móviles, a las ocho de la mañana de ayer, una alerta del servicio de emergencias en que se les advertía que un misil se dirigía hacia el archipiélago y se les pedía que buscaran un refugio de inmediato. La nota añadía que "eso no es ningún simulacro".

La nota no era un simulacro. Era un error. Y un error que tardó más de 30 minutos al corregirse, aproximadamente el tiempo que tardaría un misil al ir de Corea del Norte hasta Honolulu). Las críticas se han caído sobre el gobernador de las islas, David Ige, y sobre los servicios de emergencias, por no haber rectificado de inmediato y haber enviado de inmediato un mensaje notificando que se trataba de un error. Muchos habitantes de la isla estaban convencidos de que serían aniquilados por una bomba atómica coreana.

Parece ser que todo fue un error humano, y se ha responsabilizado de él al responsable del servicio de emergencias hawaiano. Pero hay también a quien ha acusado en el Ministerio de Justicia norteamericano, del que depende el sistema Amber, que ya había sido cuestionado anteriormente por su falta de fiabilidad. Las críticas han salpicado al presidente Donald Trump, porque mientras los ciudadanos de Hawai buscaban refugio desesperadamente, él estaba jugando al golf tranquilamente en su Trump International Golf Club de Florida.

David Ige ha asegurado que el error no volverá a suceder, pero ha querido recordar que el archipiélago está en el radio de alcance de los misiles de Corea del Norte, y que en algún momento podría haber un misil real. Ha advertido a los ciudadanos que tienen que estar preparados.