Pasan los años y las personas vamos sufriendo problemas de salud producto de la edad. A veces son simplemente pequeños achaques, pero conviene conocer cuáles son las mejores prácticas para tratar de remediar la aparición de los problemas que pueden aparecer a partir de determinada edad.

Y la dieta alimenticia es uno de los aspectos que más claros hay que tener. La edad no perdona, sobre todo sin durante años no se le ha prestado demasiada atención a la salud, pero nunca es tarde para ponerse manos a la obra y cuidarse de verdad.

Recientemente, un nuevo estudio ha revelado que una dieta rica en proteínas y baja en calorías puede ayudar a los adultos mayores con obesidad a perder más peso mientras mantienen la masa muscular y mejoran la densidad ósea. Da la sensación de que se trata de un concepto al que deberían sumarse todos los mayores y, en especial, aquellos que pueden requerir tomarse más en serio el cuidado personal.

Mayores comiendo

Los adultos mayores van perdiendo tanto densidad ósea como masa muscular cuando se concentran en perder peso y puede convertirse en un problema. La razón no es otra que el hecho de que los huesos y los músculos se vean afectados puede hacer que se pierda movilidad o incluso que se incremente el riesgo de sufrir una lesión.

Este problema se puede neutralizar gracias a los hallazgos que se han obtenido en un estudio realizado en la norteamericana Universidad de Wake Forest. El trabajo que se llevó a cabo en el centro de estudios de Carolina del Norte fue publicado en varias revistas especializadas y reveló que una dieta alta en proteínas y baja en calorías sirve de ayuda a los mayores que pueden sufrir un riesgo de perder densidad ósea y masa muscular.

La investigación

Para el estudio se escogió aleatoriamente a 96 personas de más de 65 años y se les dividió en dos grupos. Al primero de ellos se les asignó un plan de alimentación rico en proteínas y bajo en calorías con más de un gramo de proteínas por kilo de peso corporal. Al segundo, un plan de mantenimiento de peso con 0,8 gramos de proteínas por cada kilo de peso.

Proteína

Los del primer grupo no solo perdieron más peso, sino que fueron capaces que mantener su masa muscular. Pero es que además perdieron peso en zonas como el abdomen, los muslos o las caderas. Un hecho que disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o diabetes. Por si fuera poco, su densidad ósea se incrementó, así como los marcadores de antienvejecimiento.

Así como los del segundo grupo recibieron la indicación de seguir con su dieta habitual, los del grupo que perdió peso, siguieron un patrón de cuatro comidas diarias, de las que dos de ellas debían llevar proteína sin grasa y vegetales.

En las personas mayores adquiere una mayor importancia que la dieta se componga de alimentos ricos en nutrientes, así como evitar los que contienen importantes dosis de calorías, que apenas contienen nutrientes válidos.