La catarata, según la OMS, consiste en la opacidad del lente natural del ojo o cristalino, que impide el normal paso de la luz. Se desarrolla con el paso de los años y afecta gravemente a la calidad de la visión. Está causada por una acumulación de proteínas en el cristalino que reducen la transmisión de luz a la retina y representan casi la mitad de los casos globales de ceguera.
Ahora, un equipo de expertos oftamológicos han logrado un avance que podría cambiar la forma en que se tratan esta afección, con el potencial de que la terapia con medicamentos reemplace la cirugía. Una catarata significativamente desarrollada solo puede tratarse actualmente mediante un procedimiento quirúrgico para quitar el cristalino turbio e insertar un reemplazo artificial.
Este equipo de científicos internacionales, dirigido por la profesora Barbara Pierscionek de la Universidad Anglia Ruskin (ARU), ha publicado una investigación de título Aquaporins Have Regional Functions in Development of Refractive Index in the Zebrafish Eye Lens (Las acuaporinas tienen funciones regionales en el desarrollo del índice de refracción en la lente del ojo del pez cebra), que muestra que la óptica sofisticada de la lente se desarrolla mucho antes en la gestación de lo que se creía posible.
También encontraron cómo una proteína particular (acuaporina) es responsable del paso del agua en el cristalino e interrumpe el desarrollo óptico, lo que lleva a la formación de las cataratas. Los científicos han pasado más de una década realizando las mediciones más precisas en la óptica de la lente en SPring-8, el sincrotrón más grande y poderoso del mundo, en Japón.
El sincrotrón es un acelerador de partículas que produce potentes rayos X al acelerar los electrones a la velocidad de la luz. Los rayos X permiten tomar medidas con la mayor precisión hasta el momento sobre las propiedades ópticas del ojo.
El equipo del proyecto es el primero en el mundo que ha medido cómo se desarrolla la óptica del cristalino. Su investigación se presentó a principios de este mes en la reunión anual de la Asociación para la Investigación en Visión y Oftalmología (ARVO).
La profesora Pierscionek, vicedecana de Investigación e Innovación de la Facultad de Salud, Educación, Medicina y Asistencia Social y miembro del Centro de Investigación de Tecnología Médica de ARU, ha asegurado que, para muchas personas, la cirugía es inaccesible por varias razones, por eso es importante investigar sobre el papel de estas proteínas. “Nuestros descubrimientos confirman el papel de las proteínas acuaporinas y la importancia crucial que tienen para que el cristalino funcione correctamente y el ojo vea con claridad”, asegura.
Se planean más investigaciones en esta área, pero este descubrimiento, junto con la investigación sobre nanotecnologías que indican que la terapia con medicamentos para las cataratas es posible incidiendo sobre el papel de esta proteínas, lo que puede revolucionar la forma en que se tratan las cataratas, abriendo el campo para la terapia basada en medicamentos en lugar de la cirugía.