El arroz es uno de los alimentos más consumidos en todo el mundo y, en algunas zonas, la base de sus dietas. No es desconocido el hecho de que además de sus nutrientes, el arroz contiene pequeñas cantidades de arsénico, que en grandes dosis es peligroso por ser venenoso.

Supuestamente los niveles están controlados, pero un nuevo estudio que han llevado a cabo investigadores de la Universidad de Washington ha descubierto que las temperaturas más cálidas –que se pueden producir en un futuro no muy lejano debido al cambio climático– pueden derivar en mayores concentraciones de arsénico en este alimento básico.

Arroces

Los detalles de la investigación se presentarán el próximo 10 de diciembre en un encuentro de la American Geophysical Union en San Francisco, tal y como ha anunciado la propia universidad. Según los expertos, se libera más arsénico del suelo a temperaturas más altas, lo que provoca que el alimento tenga más concentración de este elemento tóxico para el organismo.

Los científicos alegan que “estos resultados son representativos de lo que podríamos esperar para el cultivo en campo del arroz, entonces el cambio climático podría exacerbar el problema del arroz contaminado con arsénico”.

El arsénico se encuentra de forma natural en el suelo, aunque su concentración es mayor en áreas que históricamente han usado herbicidas a base de arsénico o donde el agua de riego contiene esta sustancia. El hecho de que el arroz requiera una gran cantidad de agua, hace que los niveles de arsénico aumenten. El arroz absorbe arsénico al igual que otros nutrientes que extrae del suelo para crecer.

Los investigadores se hicieron con tierra de un campo de arroz en Davis, California y, a su vuelta, en Seattle, cultivaron arroz en invernaderos con la temperatura controlada. Compararon la absorción de arsénico en cuatro condiciones de temperatura diferentes. Algunas plantas se cultivaron en condiciones normales como las de California (25º C) y otros se cultivaron a temperaturas más cálidas que reflejaban diferentes niveles potenciales de calentamiento para esa región a finales de este siglo: 28, 30,5 y 33º C.

A medida que aumentaba la temperatura, el equipo observó una mayor absorción de arsénico en cada parte de la planta, incluidos los granos de arroz. De hecho, las concentraciones de arsénico en grano se triplicaron con creces entre los tratamientos de baja y alta temperatura. El arsénico también es una toxina para las plantas de arroz, y tienen mecanismos para protegerse contra los niveles más altos, entre ellos activar una proteína que secuestra el arsénico en las células y tejidos específicos de la planta.

Granos arroz

Pero cuando los investigadores midieron los niveles de expresión de esta proteína en las plantas a temperaturas más altas, no vieron diferencias en comparación con las plantas que crecen a las temperaturas relativamente bajas de la actualidad. Esto sugiere que a medida que las temperaturas comienzan a calentarse, incluso el arroz cultivado en el suelo con menor arsénico podría tener riesgo de llevar niveles más altos de arsénico en los granos.

Como algunas formas de arsénico son más tóxicas que otras, el equipo ahora está investigando para desarrollar un método que les permita ver qué formas de arsénico se puede encontrar en las diferentes partes de la planta. De esa manera, pueden obtener una mejor idea de los posibles riesgos para la salud de las personas.